ENTREVISTAS: CON AITÓR GRAÑA (EX JUANA LA LOCA Y VIRUS) PRESENTANDO SU DEBUT SOLISTA: “ESTE DISCO ES LA TESIS DE MI VIDA”
Oriundo de la localidad sureña de Temperley, Aitór Graña comenzó a hacerse un nombre en la escena rockera de los 90 como baterista de Juana La Loca y los legendarios Virus, para de a poco incorporar las facetas de cantante, guitarrista y compositor en su banda Calican Groove. Con su proyecto solista bautizado AITÓR acaba de lanzar su disco debut “Manzana” con el que se mantuvo ocupado durante la pandemia, además de llevar adelante su propio sello Calican Records a través del cual edita material de sus diversos proyectos. Vía correo electrónico y en medio de su trabajo como sesionista, Aitór hablo con MADHOUSE sobre su nuevo disco, su mirada sobre el mundo de la música y lo que se viene para el nuevo año. Los resultados… ¡a continuación!
¿Cómo te afectó artística y humanamente todo este periodo de pandemia?
La parte artística la separo en dos: una parte es lo económico, sabía que me iba a afectar bastante y así fue nomás, pero entre ahorros y pequeños trabajos la llevé. Con mi asistente, que también es baterista, hicimos una sociedad y habíamos terminado nuestra sala/estudio en febrero y comencé a hacer grabaciones como sesionista a distancia, entre otras cosas. La segunda parte, la artística propiamente dicha, es donde me dije: “me gastaré mis ahorros pero voy a terminar y estudiar todo lo que me queda por hacer”. Y eso hice. Desde profundizar lo que ya sé, hasta terminar mi primer disco solista y editar por mi sello obras muy importantes para mí, que no estaban editadas en las plataformas digitales, como el “Vol 1” de Triangular y un EP de Virus que solo tuvieron una pequeña edición física.
¿Y con respecto a lo humano?
Humanamente hablando, hace años que hago yoga, por lo que siempre me equilibro para soportar este mundo y ser paciente con el otro. ¡Todos llevamos un infierno adentro! Tengo bien entrenada mi resiliencia, pero lo que si me afectaba y me afecta es la mentira de que “vamos a salir distintos de esto” como decían por ahí, pues no es así: las personas que desde siempre tuvieron un espíritu bondadoso, lo profundizaron y las que no, también. En mayor medida, estas son personas que amontonan cosas: dinero, avaricia, egoísmo, y mayormente son políticos.
¿Cómo te decidiste a encarar un proyecto bajo tu propio nombre después de haber hecho tantos a través de los años?
Tengo un gran amigo y músico venezolano llamado John Guarenas, quien, al disolverse mi anterior proyecto Calican Groove, me sugirió que comience con mi carrera solista, ya que tenía un buen nombre: AITÓR. Y aparte no se desmantelarían los grupos por necesidades de los músicos de continuar otros caminos, cuestión que siempre he lamentado mucho.
Hay otra dinámica…
Siempre preferí formar parte de grupos, ya que al compartir puntos de vista y decisiones, cuando hay confianza entre las partes, lo individual potencia lo colectivo y cuando eso sucede en cualquier actividad que uno haga, es fantástico. Crecen todos y crece el proyecto. Pero al haber vivido lutos grupales y no querer vivirlos más, además de la sugerencia de John, nace mi proyecto solista en el 2014.
UN DEBUT TENTADOR
¿Qué nos podés contar sobre “Manzana”, tu disco debut?
“Manzana” es la tesis de mi vida, un resumen de mi profesión hasta aquí. Más allá del estudio y dedicación desde la batería, siempre intenté componer en los grupos donde estuve, siempre estuve en la estructura artística de las cosas. Durante años tuve un problema conmigo mismo: sentía que para hacer algo había que hacerlo muy bien, y sentía que si no lo hacía bien, no lo podía mostrar. Por suerte con los años y con cierta madurez o comprensión de las cosas entendí que no era así, pues en mi cabeza cambié la famosa frase “es lo que hay” por “con lo que hay, hay que hacer y dar lo mejor”.
Una gran diferencia…
Ese es el concepto de “Manzana”: mi gusto por el ritmo, por las canciones, por los sintetizadores y la electrónica; mi gusto por la música en general, sin importar el estilo. Todo esto, sumado a la visión que fui teniendo de la vida y el entorno sociocultural que nos rodea, transformado en letras que componen las melodías, hacen un resumen musical en el material que me identifica y me muestra tal cual soy.
¿Qué significa para vos lanzar un álbum en tiempos en donde los artistas parecen volver a apostar por los singles?
Creo que no hay mucha diferencia con el pasado en el acto de sacar un single, porque todas las bandas antes de editar un disco, editaban uno o dos singles. De hecho las radios pasaban singles, no pasaban todo el disco, y luego a través del single el oyente llegaba al disco. De hecho, antes de editar “Manzana” cuatro de las nueve canciones que forman el disco las edité como sencillo.
El formato se mantiene…
Lo que sucede ahora es la inmediatez de las cosas, ya que también hay más oferta. El Home Studio y la difusión de la música hoy contribuyeron a esto. El disco o la obra siempre van a seguir existiendo, ya que si editás un sencillo y te va bien, y querés tocar en vivo, tenés que tener más canciones o hacer covers. Creo que son diferentes formas, el estado de las cosas cambia, pero lo que sí creo es que con el single muchos artistas quieren “pegarla ya”; todos están buscando el éxito, el cual puede llegar, pero luego hay que ver que más tenés para dar.
UN SELLO INCONFUNDIBLE
Tenés un sello propio: Calican Records. ¿Cuál es tu análisis de la situación actual del mundo de la música?
Siempre me gustó tener el control de las cosas, aunque en otros aspectos de mi vida puede que me afecte, pero en ese control lo único que buscaba era hacer las cosas bien, o al menos lo que a mí me parece. Es ahí que me abrazo a la independencia, al hacer lo que a mí me plazca con la música sin responder a la industria. Y las plataformas digitales responden a la industria y lo que la industria quiere darte como playlist. Después está en cuán automatizado estés, o si escuchás lo que Spotify quiere que escuches o si buscás, porque el que busca encuentra. Hay buena y mala música, después está ver lo que a cada cual le parece bueno o malo.
Y también hay aspectos ocultos detrás de esas playlists…
El desarrollo de un artista en términos de consolidación en el tiempo sigue siendo el mismo: diez años, donde en general entran tres discos. Como en cualquier otro ámbito, hay que trabajar y trabajar. Con dedicación y compromiso las cosas llegan; no hay muchas vueltas, el arte se construye con sentimiento, dedicación y compromiso.
A través de Calican también editaste el disco de Triangular, el proyecto con Ulises Butrón y Ricky Sáenz Paz: ¿Que recordás de esa historia?
Triangular hasta el día de hoy fue mi mejor proyecto, baterísticamente hablando. Simplemente fui yo, y los tres congeniábamos a la perfección, nadie le decía al otro qué tocar, todas la composiciones eran de Ulises, las mostraba, ensamblábamos y salían. Ulises y Ricky ya se conocían de muchos años atrás, así que ni se miraban para tocar juntos. Me crucé con dos personas geniales, no solo en lo musical sino en lo personal. Hay cosas que no necesitan de mucha explicación sino que simplemente suceden, como sucedió la música con Triangular. Solo habíamos editado 100 copias que contenían 6 canciones, y en este 2020 por mi sello edite digitalmente el «Vol. 1», que masterizó Ricky. Los que vieron en vivo a la banda, no se la olvidan más, hoy sería una gran banda.
Y está en carpeta el “Vol. 2”…
Existe el “Vol. 2” que nunca se editó, ya que la banda se disolvería mientras lo estábamos grabando. Para marzo de 2021 estará en todas las plataformas, contendrá 8 canciones e invitados muy especiales. (N: en esta nota Ricky nos comentaba sobre la reedición)
RECUERDOS Y FUTURO
¿Cómo recordás a Ulises?
En Ulises descubrí a una gran persona y artista, para mi gusto y de los que conozco, está en mi Top 5 de acá. Cuando agarraba la guitarra, solo pa’ rasguearla nomás, te llevaba al cielo. Más allá de su no cuidado por su salud, cuestión por la cual Triangular dejó de existir, era una persona muy generosa y muy querida. Su último mensaje hacia mí fue: “¿Cómo están tus manos, Aitor?”, porque me habían operado de ambas manos. “Fuiste un gran compañero, hoy seríamos una de las bandas más importantes del under. ¡Perdón! No la supe pilotear, pero creo en las revanchas»… Este mensaje fue en diciembre de 2018, y un mes después nos dejaría para siempre al irse de este plano físico.
¿Cuáles son los planes para lo que queda de este año y 2021?
Mis planes son continuar con la prensa de “Manzana” y ya durante el verano de 2021 terminar la mezcla -junto con Ricky- del “Vol. 2” de Triangular, acompañado de una mini bio en formato audiovisual para su edición en marzo. Además, en abril cumplo 50 años en este planeta, y para esa fecha ya voy a haber terminado de poner en mis redes todo lo que hice con mi vida artística. También la pandemia me ayudo a terminar todo lo pendiente, por lo que luego tengo intención de armar mi show en vivo para mostrar “Manzana” combinando todo lo que sé hacer al menos hasta la actualidad: tocar la batería, la guitarra y cantar, pero con la salvedad de irme un rato a otro continente y desarrollarlo lejos de aquí, con un público virgen de mí. En Argentina me entregué 100% a mi profesión de manera muy sincera; en mi intimidad sé que muchas situaciones no me acompañaron y simplemente lo acepto, pero para lo que resta de mi vida activa, tengo la necesidad de mostrarme en otros lugares lejos de aquí.
Pregunta del estribo: ¿por qué los lectores de MADHOUSE deberían escuchar “Manzana”?
Esta pregunta la voy a responder muy sintéticamente: tengo la profunda sensación que después de escuchar la media hora que dura “Manzana” te vas a sentir mejor que antes de escucharlo, algo te va a modificar. En esa media hora pasan muchas cosas, ¡es una tesis de mi vida y mi visión del mundo!
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