LIBROS: “POZOGUERRILLEROIRASCIBLE”, UNA IMPECABLE DESCRIPCIÓN DE LA OBRA, EL LEGADO Y EL MITO DE DON CORNELIO Y LA ZONA
“POZOGUERRILLEROIRASCIBLE. Don Cornelio Y La Zona. Una Biografía De Los 80”, por Santiago Segura (Vademecum, 2022, 440 págs.)
Musicalmente, la década del 80 fue tan intensa como variada, con bandas que llegaron a la masividad, otras que se perdieron en la nebulosa típica de esos años y también grupos que se convirtieron en objeto de culto a medida que pasaba el tiempo y su mito se engrandecía. En este último grupo encontramos sin dudas a Don Cornelio Y La Zona, la banda fundada por el recordado Palo Pandolfo que con tan solo dos discos de estudio (el debut autotitulado producido por Andrés Calamaro y el corrosivo “Patria O Muerte”, o la respuesta del grupo a la idea de éxito) construyó un legado que continúa hasta nuestros días.
El periodista Santiago Segura, escritor de «Pozoguerrilleroirascible»
“Pozoguerrilleroirascible” (así todo junto), frase sacada del tema “Tazas De Té Chino”, es un libro escrito por el periodista Santiago Segura quien, tras una ardua investigación, cuenta la historia del grupo desde sus inicios hasta su desmembramiento, no solo con una pluma puntillosa y certera, sino también mediante una investigación precisa y detallada que busca poner orden al supuesto caos que giró los destinos del grupo.
“Por suerte, la memoria de los músicos estaba casi intacta” nos cuenta Segura por correo electrónico sobre el minucioso proceso de intentar mantener un orden en los relatos dentro del contexto cuasi anárquico con el que se manejaba el grupo. “Y para los baches que ellos pudieran tener, contaba con una buena cantidad de material de época y, además, con la asistencia de algunos fanáticos que aportaron memorabilia y sus propios recuerdos esclarecedores” agrega el autor. “Gente muy especial, locos tan valiosos que guardaron flyers y listas de temas, o recuerdan la fecha exacta en la que vieron una función del grupo en el Parakultural. Me tocó ordenar esa lluvia de información, corroborar años, meses y días, y contradecir algunos recuerdos con data pura y dura. Pero no fue muy distinto el trabajo de hacerlo con la primera época del grupo respecto de ese final más… interplanetario, digamos (Risas).
¿Cómo surgió la idea del libro y cuánto tiempo duró todo el proceso de escritura y edición?
La idea de escribir sobre Don Cornelio surgió por admiración a su obra. Me interesaba conocer en profundidad la historia que había detrás y, a excepción de unas pocas notas, no encontraba demasiado material de ellos. Por eso, en 2017 se me ocurrió retroceder en el tiempo y armar algo con la excusa de los 30 años de su primer disco. Entrevisté a los seis integrantes de la banda en ese álbum; a Andrés Calamaro, el productor; y a Nessy Cohen, el autor de la portada. Con esos ocho testimonios confirmé que, además de haber hecho una música muy poderosa, la vida de Don Cornelio también había sido reveladora. A fines de aquel año, me encontré con Roque Di Pietro (el editor de Vademécum) y me propuso que aquella nota-efeméride publicada en La Agenda pasara a ser algo más grande. Así que pusimos manos a la obra desde entonces, un proceso de cinco años. La escritura del libro terminó llevando el mismo tiempo que duró Cornelio, no me había dado cuenta hasta que me lo señaló el mismísimo Alejandro Varela (guitarrista de Don Cornelio). ¡Con ese dato, queda descartada cualquier posibilidad de hacer un libro sobre los Stones!
¿Cómo afectó al resultado final la muerte de Palo Pandolfo?
Afectó primero que nada emocionalmente, porque el libro era desde el vamos un homenaje en vida a esta banda tan hermosa, y Palo no lo pudo ver. Cuando sucedió lo inesperado, “Pozoguerrilleroirascible” ya estaba avanzadísimo, el formato coral era el que ves hoy, y los capítulos que ya estaban terminados no sufrieron grandes transformaciones. El grueso de los testimonios es anterior a la muerte de Palo, pero su muerte hizo que algunas personas que me habían colgado, -no lo digo para mandar a nadie en cana- completaran o concretaran sus testimonios. Y es probable que también haya influido en el desarrollo que les di a los capítulos que narran lo que hicieron los músicos de Don Cornelio luego de la separación del grupo; aunque la idea original era esa, tratar de encontrar todos los cruces que hubo entre ellos desde 1990 hasta 2021.
¿Te quedó algo pendiente de contar?
Tengo la sensación -y el alivio- de que el grueso de la historia y lo verdaderamente relevante está. Siempre queda anecdotario afuera, pero en general son cosas que no hacen a lo más importante del asunto; aunque algunas correrías eran muy divertidas. Tal vez, ahora que ya pasó un tiempo, pienso que podrían estar algunas personas que no participaron; se me ocurre El Gallego, el dueño de Prix D’Ami, por ejemplo. También me di cuenta, apenas salido el libro, que no había buscado testimonios de la visita del grupo a Rafaela, Santa Fe, su única excursión por fuera de Buenos Aires sin desarrollar -hay testigos hasta de sus visitas a Chile-. Y te aseguro que en estos dos meses del libro en las calles ya me encontré con alguna información por agregar o corregir. Hay una frase que dice que los discos no se terminan, se abandonan. Me atrevería afirmar que con los libros sucede algo parecido. Este libro no se terminó ni se abandonó: sigo pensando en esta historia, encontrando y recibiendo material casi a diario. Quedará todo para futuras reediciones o para mí, quién sabe.
¿Por qué pensás que, teniendo las canciones, Don Cornelio nunca pudo dejar de ser una banda de culto y lograr ser masiva?
Porque no llegó a desarrollarse. Su historia fue muy breve e intensa, pero es difícil, por no decir imposible, que una banda nueva sea masiva con dos discos y menos de un lustro dentro de la industria. Argentina no es Inglaterra, acá en general toma más tiempo todo. Al menos así funcionaba en aquellos años y hasta no hace mucho, incluso cuando grupos como ellos
grababan de una en una multinacional, tenían difusión y copaban escenarios prestigiosos rápidamente. Tal vez en el trap o la música urbana suceda distinto, pero creo que aún hoy en el mundo del rock lleva más tiempo lograr reconocimiento a esa escala y convocar una cantidad de público que supere, por tirar un número, las cinco mil personas. Ni hablemos de la masividad total de los estadios de fútbol. Pienso en Marilina Bertoldi o Él Mató a un Policía Motorizado: tocan hace más de diez años (¡Él Mató hace 20!) y recién en estos últimos tiempos arribaron a escenarios como el Luna Park o Tecnópolis. También podría pensarse que fue una decisión. Hacer un segundo disco como “Patria O Muerte” después del primero es una manera de decir: “Acá donde estamos, estamos bien”. No todas las bandas tienen el objetivo de ser populares o masivas. A la vez, pienso que el culto alrededor de Don Cornelio es mucho mayor de lo que se imagina. ¡Es una banda con menos de 30 canciones originales y acá estoy contestando una entrevista sobre su música 32 años después de su separación!
La etapa de Los Visitantes fue tan o más importante a nivel artístico para Palo y merece ser contada. ¿Pensás retomar ese camino en algún momento?
Sigo atento a los avatares de la historia de Cornelio por una cuestión lógica: con la aparición del libro, recibo mensajes a diario de gente que los vio, pibes que los descubrieron ahora, etc. Esto que me consultás me lo dijeron muchas personas, incluso mientras hacía el libro. Pero por ahora no está en mis planes hacerlo, y la ausencia de Palo conspira para eso. Además, considero que de Los Visitantes sí hay una cantidad importante de material circulando. Hay menos misterios en su historia que en la de Don Cornelio, por varios motivos: es una banda más cercana en el tiempo, su existencia fue mucho más duradera (una década contra un lustro: Los Visitantes sí se desarrollaron) y, creo, fueron más exitosos. No le cierro las puertas a nada igual.
“Pozoguerrilleroirascible” sale victorioso del imponente desafío que se propuso: por un lado narrar la historia completa de una de las bandas icono de una escena única; y a la vez funcionar como una polaroid de ese momento en la historia argentina que abarcaba post dictadura militar, primavera alfonsinista y el inevitable ascenso del menemismo que obligaría a barajar y dar de nuevo. Tras la lectura (que por momentos se convierte en voracidad, sobre todo llegando al final) solo queda una última pregunta que el autor se encarga de responder sin medias tintas…
¿Por qué seguimos hablando de Don Cornelio en 2022?
Fácil: ¡porque es una banda de la concha de la lora! Porque en poquísimo tiempo, Don Cornelio logró marcar una época y retratarla. Porque sigue sonando en la radio e influyendo en la música que hacen grupos actuales, incluso aunque algunos de ellos no lo sepan. Porque su obra es rica y misteriosa, y mantiene una frescura que me resulta inaudita. La propia fuerza de su arte hace que el fuego siga encendido. Don Cornelio es una banda de 1987, sí, pero también es una banda nueva.
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