DISCOS: GILBY CLARKE VUELVE AL RUEDO SUBIENDO EL VOLUMEN AL MAXIMO EN “THE GOSPEL TRUTH”

GILBY CLARKE – “The Gospel Truth” (Golden Robot Records 2021) ***

Pasar de tocar en grupos prácticamente ignotos como Candy o Kill For Thrills, a ser el guitarrista de la banda más importante del planeta en su mejor momento no es algo que ocurra todos los días. Sin embargo, Gilby Clarke no solo pudo aprovechar al máximo su relativamente corta experiencia en Guns N ‘Roses iniciando una carrera solista que lleva más de un cuarto de siglo de vida, sino que además tiene el mérito de haber parido el mejor album en solitario del universo gunner: el glorioso “Pawnshop Guitars” de 1994; aunque obviamente haya fracasado en cada intento de volver a repetir la magia.

“The Gospel Truth” es el nombre de su primer disco solista en veinte años -sexto como solista en total- y tal como podiamos imaginarlo, a nivel sonoro muestra todo lo que puede esperarse de un disco de Gilby, en diez tracks que suman algo más de media hora: rock clásico, toques beatleros, una pizca de intensidad punk y algo de corazón stone.

Dentro de ese derrotero y con buena compañía -Gilby se hace cargo de las guitarras y las voces, sumando al ex Ace Frehley y Mr Big Matt Starr en batería, el ex Dokken y Quiet Riot Sean Mc Nabb, y su ex compañero en GN’R Teddy Zig Zag en teclados; además de Nikki Sixx de Motley Crue y Stephen Perkins de Jane’s Addiction en el tema «Tightwad»- es esa conjunción de influencias la que hace que “The Gospel Truth”, sin descubrir la pólvora, tenga al menos su atractivo. Y ahí están el alma stone de “Wise Old Timer”, el espíritu power pop a la Cheap Trick en “Violation” y el coctel guitarrero de “She Won’t Fight Fair” para demostrarlo.

Pero a pesar de las buenas intenciones, a la hora de las medallas solo dos de las canciones son las que se despeguen de la monotonía y logren alcanzar el podio; precisamente los dos tracks que más remiten a esa ex banda de la cual nunca podrá ni querrá despegarse: el tema título que oficia como apertura con un riff salvaje, y el primer corte “Rock And Roll Is Getting Louder”, con una base sólida y un estribillo rutero.

A pesar de aquellos tiempos que ya no volverán, Gilby Clarke sigue adelante con su propuesta clara y concreta, que si bien ha tenido tiempos mejores, apunta a aquellos viejos seguidores que todavía confían -algo inocentemente- en que, tal como lo dice el hit del disco, el rock and roll se está volviendo más fuerte. Y aunque sea como augurio de buenas intenciones, no podemos culparlo por intentarlo.

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