SHOWS: MASSACRE EN LA TRASTIENDA, ESE ESPERADO ANHELO DE SATISFACCIÓN
“Necesitamos rituales y liturgias. Aplaudir y ser aplaudidos… poguear. Estamos con abstinencia…” decía Walas en la nota con MADHOUSE, cuando recién estaban volviendo al vivo post pandemia. Y esa sensación de recuperar la vida que teníamos se hizo finalmente presente en la doble fecha sold out que el quinteto skate punk dio en La Trastienda, con tanto éxito que obligó a programar una nueva, el próximo 21/12.
Es por eso que el arranque con “Cae El Muro” no por obvio, dejaba de ser necesario, sobre todo cuando la banda ponía toda la carne al asador en el comienzo con “3 Paredes” y “Te Arrepiento”, más un Walas exultante, ante un público ansioso de recuperar el mosh y el stage diving.
Es que la comunión del frontman con el público es tan importante para el grupo como los efectos de guitarra del Tordo Pablo M, los arreglos de viola y sintetizadores de Fico Piskorz o la base sólida del tándem Bochi Facio/Charly Carnota. Y fue así que, en paralelo al ya clásico desempeño del cantante (donde no faltaron las arengas con el clásico “Massacre es compra venta y canje”, además de anécdotas de la gira por el noroeste argentino y comentarios irónicos sobre la situación actual del país), la banda mostró su ecléctico repertorio, el cual incluyó el costado experimental (el nuevo single “Mariposa” y “Muñeca Roja”), sorpresas (las versiones de “Maggie May” de Rod Stewart y de “I’m Eighteen” de Alice Cooper) y la alternatividad al palo (“Juicio A Un Bailarín”, “Querida Eugenia”, “La Respuesta Es Fácil”); con un sonido que, a pesar de algún paso en falso como en “Divorcio”, acompañó sin fisuras la propuesta escénica del grupo.
“Después de 2 años… ¡bienvenidos al rock del futuro anunció Walas con su histrionismo habitual tras 90 minutos de show, dando paso a la última parte del concierto con los clásicos que –más que nunca- no podían faltar: “Mi Mami No Lo Hará”, “Nuevo Día”, “Diferentes Maneras” (¡Massacre Palestina Not Dead!) y “Plan B” como último bis, que nos encontró hablando –y cantando- solos, pero no importa porque es nuestra obsesión… hasta que un Nuevo Día vuelva a marcar otra liturguia de los conflictuaditos.
Comentarios