ANIVERSARIOS: RUNAS, OSCURIDAD Y MITOLOGÍA NÓRDICA: A 30 AÑOS DE “TYR”, DE BLACK SABBATH
Desconocida para el gran público, pero valorada por algunos fanáticos acérrimos, la etapa de Black Sabbath con Tony Martin al frente es un fiel reflejo del ímpetu de Tony Iommi por seguir adelante con el legado de la banda sin importar las consecuencias. A 30 años de su salida, en MADHOUSE recordamos a “Tyr”, el tercer álbum de la etapa Martin, un disco que iniciaría una etapa de significativos cambios para la legendaria banda inglesa.
LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE BLACK SABBATH. La segunda mitad de los 80 fue un desafío para Iommi, cuando tras el final de la aventura de “Born Again” junto a Ian Gillan debió empezar de cero, sin ninguno de sus compañeros a su lado. Y si bien la idea fue desensillar hasta que aclare grabando un disco solista, la insistencia de la compañía discográfica lo instó a llamar al proyecto «Black Sabbath» y obligarlo a hacerse cargo de tamaña mochila. El disco “Seventh Star” de 1986 fue entonces el comienzo de un nuevo Black Sabbath para Iommi quien, a la par de buscar la nueva identidad de la banda, tenía a la vez que soportar que su ex compañero Ozzy Osbourne, desde la cima de la montaña del éxito, lo mirara por encima del hombro…
El lanzamiento del “The Eternal Idol” al año siguiente, a pesar de su poca repercusión le dio al guitarrista del bigote la certeza de que al menos podía contar con dos laderos en su desafío: el tecladista Geoff Nicholls y el cantante Tony Martin. Junto a ellos, Iommi buscó morir en su ley y decidió que, si debía hacerse cargo del legado de Sabbath, lo haría de la mejor manera posible, por lo que decidió sumar al barco nada menos que al legendario Cozy Powell para que lo ayudara a timonearlo desde la batería. Con el ilustre baterista, Martin y Nicholls, más el aporte del sesionista Laurence Cottle en el bajo, Black Sabbath lanzaría en 1989 “Headless Cross”, disco que les demostró a los pocos fieles que aún les seguían el rastro que la magia de Iommi no se había ido
VENÍ, PROBÁ LA BANDA. Si bien Laurence Cottle había sido el encargado de las cuatro cuerdas en “Headless…”, Iommi ansiaba el regreso de Geezer Butler para la gira de presentación. Aunque los caminos de los ex compañeros parecían acercarse una vez más, todo terminó cuando Geezer repentinamente se sumó nada menos que a la banda de Ozzy para la gira del disco “No Rest For The Wicked”. Esto obligó al guitarrista a recalcular el rumbo, barajar de nuevo y sumar al proyecto nada menos que al ex Whitesnake y Gary Moore Neil Murray como miembro definitivo, dándole paso a la alineación más estable de Black Sabbath desde los tiempos de Ronnie James Dio
Pero las cosas no serían tan fáciles para la Bruja Negra. El tramo norteamericano de la gira de “Headless…” fue cancelado debido a la falta de difusión, lo que casi hace que Powell abandone la banda.
En el libro “Never Say Die» de Garry Sharpe-Young que documenta el periodo de Sabbath entre 1979 y 1995, Tony describe el desconcierto que experimentaba el grupo: “Nos fuimos a EE.UU. para hacer una gira y, como solíamos hacer, recorrimos las tiendas de discos y no había ni un maldito álbum a la vista. Ni siquiera había un cartel, nada de nada. Cozy no lo podía creer: ‘¿Qué diablos está pasando? No hay publicidad, no hay álbumes en las tiendas’”…
No obstante los perceptibles problemas iniciales, el buen recibimiento de la nueva alineación de Sabbath en territorio europeo (donde lograron tocar con mucho éxito en territorios pocos explorados musicalmente para la época, tales como Rusia), le dio al futuro del proyecto una muy necesitada luz de esperanza
POR EL PODER DE ODÍN. Ni lerdo ni perezoso, Iommi decidió aprovechar la movida y entrar a los estudios Rockfield en Gales en febrero de 1990 para registrar nuevo material. Una de las primeras premisas de la banda fue tratar de mostrar a la alineación como un volver a empezar para el grupo. Teniendo en cuenta esto, Tony Martin decidió dejar atrás la temática lírica que había tenido la banda en la época de Dio (dragones, espadas, magos y arco iris varios) para volcarse a la mitología nórdica Y si bien “Tyr” no fue considerado un álbum conceptual, la figura principal del título (que hace referencia al hijo de Odín, el Dios de la Guerra en la mitología nórdica quien perdió una mano en las fauces de Fenrir, un lobo con apariencia monstruosa) funciona como disparador de varias de las canciones. Como complemento, el arte de tapa muestra runas tomadas de la famosa piedra de Rök en Suecia, muy conocida entre los runólogos por contener la inscripción rúnica más larga del mundo.
En su autobiografía de 2012 “Iron Man”, Iommi comentaba lo siguiente sobre el nuevo rumbo del grupo: “En ‘Headless Cross’, Tony [Martin] acababa de entrar en la banda y pensó: ‘oh, Black Sabbath, todo se trata del Diablo’, por lo que sus letras estaban llenas de ‘Diablo’ y ‘Satanás’. Fue demasiado directo. Le dijimos que fuera un poco más sutil al respecto, así que para ‘Tyr’ hizo todas estas letras sobre dioses nórdicos y todo eso. Me tomó un tiempo entenderlo». Con la dupla Iommi & Powell manejando la consola de grabación, “Tyr” no tiene nada que envidiarle en calidad sonora a otros discos de la banda, manteniendo en alto el legado de Black Sabbath en un momento difícil de su carrera.
“Anno Mundi”, la apertura del disco, es una excelente muestra del nuevo rumbo de la banda con versos en latin, mucha épica, oscuridad y potencia. Otros momentos destacados de la placa son “Jerusalem” (posteriormente regrabado en “Back Where I Belong”, el disco solista de Tony Martin de 1992), la suite “The Battle of Tyr”/”Odin’s Court”/”Valhalla” y la balada “Feels Good to Me”, elegida como primer corte y video
UN LEGADO ESPERANDO A SER DESCUBIERTO. Si bien “Tyr” pasó prácticamente desapercibido en EE.UU., logró un modesto puesto 24 en el ranking británico y llegó al Top 40 en otros países europeos como Alemania, Finlandia, Suiza, Austria y Suecia, lo que le permitió girar con moderado éxito desde septiembre a noviembre de 1990 con los rockers neoyorquinos Circus Of Power como teloneros. Y aunque por primera vez en su carrera no hubo fechas norteamericanas en una gira de Black Sabbath, para beneplácito de los fans, la fecha londinense del tour contó con Geezer Butler, Ian Gillan y Brian May como invitados
Fue precisamente el acercamiento entre Butler y Iommi el que propició el regreso del bajista al grupo luego del fin de la gira. Pero con una condición: el regreso al micrófono de Ronnie James Dio, que se confirmaría unos meses después dando como resultado el disco “Dehumanizer”, tras el cual Iommi volvió a llamar a Tony Martin para “Cross Purposes” de 1994 (con Butler en el bajo y Bobby Rondinelli en batería) para finalmente reunir a la alineación de “Tyr” en “Forbidden” de 1995… Hoy, a 30 años de su salida (el 20 de agosto de 1990 en EE.UU. y el 31 en el resto del mundo), “Tyr” se encuentra -como el resto de los álbumes del cuarteto de Birmingham en el sello I.R.S- actualmente descatalogado en formatos físicos y digitales, a la vez que se mantiene como uno de los puntos más altos de la época menos conocida de Black Sabbath. Se los dejamos entonces para que revivan, recuerden o descubran, según el caso, además de disfrutarlo y compartirlo.
Baterista frustrado, docente y periodista especializado en cultura y espectáculos. Conduce el programa La Isla de los Monos por Radio El Parque y ha colaborado en Rock.com.ar y las revistas Efecto Metal y Mala Difusión. Mantiene su blog Film Song (www.film-song.blogspot.com) desde 2005
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