ENTREVISTAS - CON JUANCHI BALEIRÓN: “LOS PERICOS NO PODEMOS TOLERAR QUE HAYA UN PÚBLICO QUE SE QUEDE TRANQUILO"


Guitarrista, cantante y fundador de Los Pericos, la banda reggae más exitosa del país, Juanchi Baleirón es uno de los referentes de la escena local más respetado y apreciado por sus colegas. Antes de presentarse con su grupo de manera virtual en La Trastienda y en una nueva edición del Cosquín Rock, Juanchi se tomó unos minutos para charlar vía Zoom con MADHOUSE sobre su pasado metalero, su rol clave dentro de la escena punk vernácula y el secreto de una banda cuyos miembros, después de volver de gira, decidieron pasar la cuarentena… ¡todos juntos!

¿En qué momento los agarró la pandemia a Los Pericos?

Nos agarró llegando de una gira de 14 shows en EE.UU. y decidimos hacer la cuarentena obligatoria cinco Pericos, todos menos Gastón (N: Goncalves, el bajista) acá en mi casa. Hicimos un par de shows por streaming a beneficio, donde nos divertimos mucho. Después cada uno se fue a su casa y estuvimos grabando cosas cada uno en su estudio: ahí hicimos un tema de Bowie, uno de Roberto Carlos con Los Rabanes, temas para el Día del Amigo, para el Día del Padre. Y también transmitimos un lindo documental hecho por El Topo (N.: Ariel Raiman), nuestro baterista, sobre imágenes especiales históricas de Pericos, con todos nosotros comentando y salió muy bueno. ¡Así que estuvimos muy activos!

Y vos personalmente, ¿cómo estás viviendo la cuarentena? ¿Cómo te pegó el encierro? ¿Te inspiró a componer?

La verdad es que el encierro me rompe los huevos porque no es algo autoimpuesto, no es que me aíslo del mundo para componer, sino que el mundo frenó y lo que es peor, no sabemos cuándo va a volver y eso te genera un estado raro. Sinceramente es una situación que no me inspira. Y a alguno le habrá servido como catarsis, lo cual esta buenísimo, pero las cosas que he escuchado en esta cuarentena tampoco me resultaron tan geniales… (Risas)


VIRTUAL VS TRADICIONAL

¿Cómo se preparan para un show virtual? ¿Qué cosas tienen en cuenta a diferencia de un show tradicional?

Hay que hacer una analogía con otras situaciones parecidas, como por ejemplo un show en televisión o en radio dónde estás con cinco personas adelante, pero del otro lado te están mirando miles. Si de algo nos podemos jactar Los Pericos es de tener la capacidad… no digo de reinventarnos, que es una palabra que me da por las bolas, sino de adaptarnos. Esto es una transición, no es una nueva normalidad; normalidad era hasta marzo y normalidad será cuando tengamos todos la inmunidad a la enfermedad, ya sea por un ciclo natural darwiniano de los seres humanos o por una vacuna. A partir de ahí sí podremos hablar de  una normalidad nueva. Entonces nos adaptamos a las herramientas que hay: un buen caño de transmisión, mínimamente un buen lugar para hacerlo. Y a partir de ahí podes hacer lo que quieras: cobrar o no entrada, hacerlo a beneficio, tener sponsors, lo que sea. Y eso es el salario de los músicos y de toda la cadena de valor que tiene esa gente que trabaja detrás del escenario, en las oficinas, prensa, manager, técnicos, seguridad, vallado, piso. Es activar un poco esa cadena, y decir: “¿esto es lo que hay? Listo, vamos”. ¡Es así de corta!

Y ahora se vienen dos shows en esta modalidad para Pericos…

Vamos a tocar el 1º de agosto en La Trastienda y la semana siguiente en el Cosquín Rock. En el primero vamos a tener muchos invitados, por eso le pusimos “Pericos New Friends” para diferenciarlo del disco “Pericos And Friends” que grabamos en 2010. A raíz de eso convocamos a gente de diferentes palos; gente amiga, querida, respetada y admirada. Algunos de una camada más nueva, como pueden ser Lula Bertoldi de Eruca SativaMateo Sujatovich de Conociendo RusiaSantiago Motorizado de El Mató A Un Policía Motorizado; por otro lado tenés a Tito de MolotovGermán Daffunchio de Las PelotasJuliana Gattas de Miranda, Matamba desde Bolivia y Agarrate Catalina desde Uruguay… Algo bien ecléctico, con gente con buena onda que se copó. Algunos van a estar de manera presencial y otros con imagen y audio pre grabado. Después, el show de Cosquín va a ser bien festivalero, con clásicos, con más contención que en un lugar con público, obvio, donde tenés un poco más de desborde de energía.


LLEGASTE AL METAL

Como ya sabés, muchos en MADHOUSE tenemos nuestro corazoncito metalero y en las redes y los foros se habla mucho de esa mítica banda tuya con Ricardo Iorio en los 80. ¿Cómo fue esa etapa?

Tengo un buen recuerdo. Eso fue en diciembre del ’83. V8 venía de hacer un festival en Platense, creo que con Barón Rojo o alguna banda española de esa época (N: en realidad V8 tocó con Barón Rojo en Obras en octubre de 1983 y en diciembre de ese año se presentó en Platense con dos bandas locales, Bloke y Brigadas Metálicas) y después de eso se tomaron un descanso. Con El Topo éramos muy fanáticos de V8 al punto tal que teníamos muchos amigos en común. Íbamos a los shows y a la sala de ensayo ahí en el sótano de la casa de Beto (N: Zamarbide) en la calle Martínez y Lacroze… ¡Recuerdo que el hermano de Beto era plomo de Charly García! Y Ricardo sabía que yo tocaba, en esa época era medio shredder, tocaba con mucho tapping. Me gustaban Randy Rhoads, Eddie Van Halen… era muy de ese palo, me decían “Eddie Van Juanchi” (Risas)

Y de ahí vino el contacto…

Entonces Ricardo en ese parate de V8 arma este proyecto llamado Letal (N: no confundir con la banda Lethal) y para la guitarra lo llama a su viejo compañero Chofa Moreno y en batería estaba Hugo Benitez, luego cantante de Horcas; Ricardo cantaba, no tocaba el bajo, que lo tocaba Pablo Álvarez. Nos juntamos en la casa de Pablo, me pasó un par de temas y empezamos a ensayar en una sala en Boedo, en la calle Colombres, durante todo ese verano hasta que a mitad de febrero me fui a la colimba. Después ellos siguieron y grabaron un demo… ¡Hay una foto por ahí dando vueltas que está buenísima, con mi pelo largo en un balcón que en cualquier momento se venía abajo, todos amontonados! Fue un momento lindo, ¡yo estaba tocando con mi ídolo! (Risas). Me queda la anécdota de que un miembro de Pericos compartió grupo con Iorio.

¿Lo seguiste viendo a Ricardo?

Ricardo siempre que me lo encuentro me saluda con buena onda y con respeto. Me llama por mi segundo nombre, Alfredo, porque somos tres hermanos que nos llamamos Juan. La ultima vez me lo encontré en un hotel donde parábamos varios músicos para un Cosquín y se para, me abraza y me dice: “¡Alfredo, que bien que estás!” (Risas)

¿Y después no tuviste más contacto con el metal?

Después abandoné porque ya me había cansado un poco el metal y me dediqué a otras bandas y luego a Pericos. Pero hace unos años estaba produciendo el disco “Un Mundo De Sensaciones” de 2 Minutos, un disco re lindo, y uno de los invitados era Claudio O’Connor. Nos pusimos a charlar, él ya sabía mi historia con el metal, teníamos amigos en común, es un tipo que me cae súper bien. Y me invitó a tocar  en el tema “La Lima del Ritmo” del disco “Río Extraño” donde hice un solo medio Zakk Wylde. ¡Me tuve que poner al día porque tengo los dedos medio duritos! (Risas)

INVADIDO POR EL PUNK

Mencionaste tu rol como productor y empezaste muy joven en ese rol en el disco “Invasión ’88”. ¿Cómo fue esa experiencia, teniendo en cuenta que tenías la misma edad que los demás músicos?

Tuve la suerte que el productor ejecutivo de “Invasión …” fue mi amigo Chuchu Fasanelli que me convoca porque, aparte de mi experiencia con Pericos, yo había tocado con él en el simple “Al KO”  de Comando Suicida, antes de que explote su ira Oi! (Risas) En ese disco las guitarras la grabé yo, en el bajo estaba el Mariscal, Chuchu en batería y cantaba Sergito.

Ya venías con experiencia en el punk…

A Chuchu le gustaba como había grabado las guitarras ahí, aparte ya estaba con Pericos, entonces me llama para que le dé una mano, porque estaban grabando en un estudio de folklore, que creo que era de Landriscina (N. Luis, el famoso humorista). Así que fui a dar un apoyo, a hablar con el ingeniero, que era un señor grande, de cómo era el punk rock. No hice mucho más que eso y dirigir un poco la estética de la grabación.

Y después te tocó producir a Attaque 77…

En “Invasión…” ya había pegado onda con los pibes de Attaque así que me llaman para trabajar con ellos en dos discos: “El Cielo Puede Esperar” y “Ángeles Caídos”. ¡Salieron dos discazos buenísimos! ¡“El Cielo…» es la gloria! Me tocó estar en un momento muy lindo de madurez del grupo. Ya se había ido Fede (N: Pertusi, el primer cantante) así que estaban Ciro, Mariano, El Chino y Leo. Esos dos discos fueron tremendos. Me tocó también la suerte de encontrar una banda que me respetaba y yo también a ellos. ¡Nos potenciamos e hicimos dos discos alucinantes!

LA VOZ CANTANTE

Me imagino que debe haber sido difícil pasar al frente en Pericos cuando se va Bahiano…

Sí, pero era mi banda, no porque sea solo mía, sino que digo  “mía” como pertenencia, como “mi familia”. La banda me dio tanto a mí que, cuando tuve que asumir el rol de pasar a cantar, de ser frontman, lo hice como una forma de devolverle todo lo que me había dado. Porque Pericos es mi vida, son mis compañeros, son mi todo.

¿Cómo fueron esos primeros shows en tu nuevo rol?

Al principio me enroscaba pensando que la gente iba a comparar mi rol de frontman con el de Bahiano. Hasta que en un momento eso me chupó un huevo. Me dije: “voy con lo mío, a divertirme y tratar de generar un clima divertido con mi personalidad”. También algunas formas las mantuve, porque eran parte de la esencia de Pericos, sobre todo lo mas latinoso, lo mas abahianado, que también es parte de nuestro repertorio del cual no voy a  renegar, a pesar de que en un principio lo hacía para tratar de despegarnos. Esas canciones en ciertos momentos del show son esenciales porque son fuertes y pegan. Y, en el buen sentido, me abahiano un poco. En una época tocábamos en fiestas privadas para empresas, hacíamos ese circuito donde por ahí ejercitaba un poco más mi rol, jugaba más para ver hasta dónde podía llegar con mis payasadas. Y te das cuenta de que la gente tiene ganas de divertirse, le gusta que le des cosas digeridas, un “¿Están bien?”… Y ahí aprendés esos lenguajes de comunicación y te hacés amigo de eso.

QUIERO TOCAR LA GUITARRA TODO EL DÍA

¿Extrañás algo de la época donde solo tocabas la guitarra?

Extraño no tener que hacerme cargo de esa mochila de frontman. En mí, es natural ser espontáneo y divertirme. A veces tengo ganas solo de tocar la guitarra y no decir nada, pero me tengo que poner el overol y lo hago, porque Los Pericos no podemos tolerar que haya un público que se quede tranquilo, ya sea en un show tuyo o un festival o un cumpleaños, siempre queremos que todo el mundo baile y salte. No importa si están comiendo, ¡van a bailar, la concha de su madre! (Risas) Es como un mandato que tenemos.

Si bien tenés tu emprendimiento de vinos por fuera de Pericos, ¿pensaste en algún proyecto musical paralelo?

SÍ, Siempre estoy hablando de hacer algo más ligado a la viola. Tengo pendiente hacer un disco de guitarras. Eso lo tuve postergado. Ojalá me alinee y lo haga, lo necesito. En Pericos teníamos momentos lindos de guitarra, pero es paradójico que mi momento guitarrístico más conocido y que más trascendió fue tocando con Divididos en “Vivo Acá”

¡El solo de «Sisters»!

¡Terminó siendo una cosa increíble! Ricardo (N.: Mollo) me invitó a tocar en ese show que al final terminaron siendo seis teatros Gran Rex. Hicimos cuatro temas medio reggae: “Sisters”, “Agua En Buenos Aires”, “Dame Un Limón” y “El Burrito”. En el ensayo me había puesto a solear y a Ricardo le gustó y me dijo: “hacé el solo vos”. Y me volví loco porque yo era muy fanático de Ricardo desde la época de MAM y Demo sus bandas anteriores a Sumo… Me acuerdo de ir a verlo en el ’83 en uno de sus primeros shows con Sumo en Zero Bar; lo paré y me puse a hablar con él. Para mí era un erudito, era como tocar con Charly o con Spinetta. ¡Y mi ídolo de pendejo me regala un solo y me invita a tocar en lo que se convertiría en el corte del disco! ¡Fue muy loco!

MUCHA EXPERIENCIA

Cuando me contabas que hicieron la cuarentena todos juntos después de volver de gira, me preguntaba cuál es el secreto para poder seguir bancándose entre todos después de tantos años…

Es re loco, pero no lo sé. ¡Si tuviese el secreto lo registraría y lo vendería! En la banda cobramos los seis por igual. Es algo que nos sale natural, algo de respeto por el otro, del concepto de banda, de familia, de entidad de grupo. Siempre me jacto de esas cosas, no de los premios sino de esa cuestión de generar algo que nos motive y a la vez resulte interesante para la gente. En eso somos buenos, ahí digo: “Chúpenla, en esto somos los mejores!» ¡Con orgullo!





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