ENTREVISTAS - CON JORGE ARAUJO: "VOLVER A CANTAR FUE UN MOMENTO DE QUIEBRE"
Desde su ingreso a Divididos
en 1995, Jorge Araujo se
convirtió en un referente en lo que a bateristas argentinos se refiere. Luego
de su desvinculación del power trío, llegó el momento de un proyecto más personal
como Gran Martell que lo reunió con
al ex Redonditos de Ricota Tito Fargo y el bajista Gustavo Jamardo, hasta que en 2018 comenzó su carrera solista con la edición del disco “A Un Minuto de Envejecer”
¿Cómo estás viviendo
esta pandemia?
Por un lado está lo que sucede a mí alrededor. Me genera
mucho dolor y mucha tristeza lo que está pasando en nuestro país y en el mundo.
Es que, más allá de que la situación de despertarse todos los días con ese
estado de semi libertad, porque uno está libre pero hasta cierto punto; después
está la relación social que es muy pero muy diferente. Es una relación distante,
una relación a rostro tapado. La gente se comunica a distancia, pero de una
manera muy extraña. No sabes si se están riendo… es un impacto emocional muy fuerte ¿no?
Y a eso se le suma la
situación de cada uno en este contexto…
Y después está la situación personal, donde traté de no
torcer en absoluto los lanzamientos que tenía, que eran muchos, como una
presentación con Gran Martell para
unos días después de que se decretara la cuarentena. Era una presentación de
una nueva artística con electrónica que estamos incorporando, con un nuevo
integrante Lucas Becerra; y a raíz
de eso quedamos disgregados, porque vivimos en diferentes puntos del país. Pero
en el momento que podamos nos conectaremos, aunque sea vía internet, y
seguramente sacaremos material nuevo. A nivel personal yo tenía una
presentación en la Usina Del Arte al
mes siguiente, con muchos invitados. Esa fue otra cosa que me quedó en el tintero.
Jorge con el disco de oro de "Narigón del Siglo" de fondo |
Me ha sucedido que he tenido pérdidas de seres queridos y la música siempre me ha ayudado. Y ahora también me está sucediendo, porque empecé a componer y retomar un poco mis comienzos cuando tenía 8 o 10 años, cuando no tenía ni idea de lo que era un sello discográfico, ni cómo vender un disco, ni como grabar en un estudio,. Y ahora retomé esa situación y no sabes lo que lo agradezco, porque gracias a eso estoy viviendo una situación creativa de, justamente como lo indica la palabra, la relación con crear algo en este momento.
A tu primer disco “A
un minuto de envejecer” lo fuiste armando durante años, ¿en que momento
empezaron a surgir nuevas composiciones?
Esto sucedió hace unos ocho años, cuando me encontré
componiendo canciones que no las veía como para Gran Martell. Mi momento de quiebre en la composición tuvo que ver
con el canto, con volver a cantar después de haber dejado de hacerlo durante 20
años. Por eso al disco le puse “A Un Minuto
De Envejecer” porque yo podría no haber vuelto jamás a cantar. Ya era en un
poco tarde para meterme en eso de nuevo. Pero en mi caso personal muchas cosas
suceden y no las manejo. La gente creyente seguro encontrará una explicación
mucho más espiritual que la mía. Creo que hay un ser superior, pero como no
practico, con este tipo de situaciones no le encuentro mucho la lógica.
¿Cómo se dio el hecho
de plantarte al frente con la guitarra y la voz?
Ya cuando se arma Gran
Martell, que de hecho lo armó yo un mes después dejar con de tocar con
Diego y con Ricardo, no entendía mucho el por qué en ese momento. No pude
explicarle mucho a nadie, ni a mis seres cercanos, qué era lo que me estaba
pasando. Entonces armo Gran Martell pero ni Tito ni Gustavo eran cantantes, entonces
surge la necesidad de cantar. Y ahí arranqué
desde la batería cantando. Hasta que un día empecé a agarrar una viola y
cantar, y arme un dúo con Quintino Cinalli,
que es un gran baterista, en un proyecto donde precisamente nos propusimos no
tocar la batería. Eso fue ya hace más de 10 años, Y después aparece esto, donde
estoy haciendo canciones que no me animaba a mostrarles a la banda, porque la
composición en Gran Martell es
grupal; no me imaginaba en un taburete
sentando con una guitarra con Tito y Gustavo cruzados de brazos escuchando la
canción que yo les proponía para tocar. Una sola vez creo que lo hice y no la
pasé bien, por más que el tema haya quedado bueno, fue una cosa media tensa (risas).
Por otro lado tengo este amigo y productor César
Silva que es básicamente el culpable de que yo pudiera editar todo este
material. Con el que no me daba vergüenza mostrarle lo que había hecho con un
cajón, con el piano acústico, de manera precaria… me acuerdo que el tema “Noche
Animal” de mi primer disco, lo produjo a partir de loops que yo había grabado
con la batería; y cuando lo escuché no podía creer el resultado. ¡Ahí me la
empecé a creer! Y así fue que encontré un coequiper para sacar todo este material.
Tu nuevo single “Cuerpocomoderno”,
es una canción intima, reflexiva…. como si nos dejasen presenciar una reunión de
amigos… ¿cómo fue el proceso de composición, y en qué momento entra Ricardo en
la escena?
Pasó en el momento indicado. Apareció en un momento una idea con la guitarra y me empezó a salir la melodía con un aire folclórico. Ahí me dije: “¡yo lo invito a cantar a Ricardo!” porque ya habían pasado 15 años de mi relación con esta cuestión de cantar y componer, y por más que Ricardo sea un amigo, no deja de ser un compromiso para él. Tanto Ricardo como Diego publicaron mi primer disco en las redes, hablé con ellos, me dieron sus impresiones y sé que les gustó, entonces tenía una oportunidad.
Yo puedo invitar a Ricardo a tocar la guitarra y a Diego a tocar
el bajo o el bombo legüero; pero la voz involucra de una manera especial a la persona.
Yo lo entiendo ahora, porque justamente canto; y la voz es tu sello. Fue todo
un mambo, pero me salió tan natural la canción que yo creo que por eso fue que
pensé en él. Le mandé la canción y le gustó, y ahí me quedó la pelota picando sin
arquero (risas)
Y las voces de
ustedes combinan muy bien…
¡Yo quería dejar toda la voz de Ricardo! Le mandé una voz de
referencia bastante sentida, con cierta intensidad; y cuando grabó la voz le
digo a César: “dejemos toda la toma” y Cesar me dijo que no, porque mi idea
original era compartir un tema cantando con él. Ahí me quedó dando vueltas eso
en la cabeza. Entonces lo llamo a Ricardo, que yo le digo Tolo, y le cuento:
“Tolo, ¿te jode que deje toda la toma tuya?” Y me dijo lo mismo que César, así
que ahí ya me convencí
Me imagino que una cosa son las referencias a nivel instrumento y otras a nivel composición, ¿cuáles serían esas influencias a la hora de componer y cantar?
Los referentes que tengo son los cantantes que más escuché
en mi vida. Primero los Beatles, las
voces de Lennon y McCartney y Harrison inclusive. Después de acá, como “voces”: Spinetta, David Lebón, Mercedes Sosa
y Charly García en todas sus bandas.
Y después mucho rock inglés como Led
Zeppelin
Si bien editaste tu
primer disco, también subiste a las plataformas algunos singles ¿Como te llevas
con el streaming y las nuevas formas de difusión de la música?
Es una realidad y no te queda mucha opción. Hasta hace un
año pensaba la idea de sacar un vinilo, estaba copado con esa idea, pero ahora
la única manera que tenés de sacar algo es por redes sociales. Lo que pasa que
a mí me cuesta que sea tangible. Me dijeron el otro día que tenía como mil y
pico de oyentes en Spotify y no entiendo mucho, me pone contento pero no lo
manejo, estoy un poco afuera
Es extraño y es parecido con lo que pasa con los conciertos.
El otro día hice un vivo, me ocupé de que sonara bien y salió muy bien. Y hasta
que no terminó el show y tuve los comentarios, no sabía lo que estaba pasando
¡No había aplausos!
¡Claro! Son situaciones a las que los artistas no estamos
acostumbrados. No hay ida y vuelta. Igual agradezco que en estos momentos
podamos mostrar lo que hacemos a través de las redes, sino sería muchísimo más
difícil para nosotros.
¿Seguís pensando en
el “álbum” como concepto?
Yo necesito el disco como “obra”. Y la idea para fines de
julio es sacar un disco en vivo que se grabó en los estudios de cine Lumiton,
Además decidí hacer dos canciones en cuarentena: “El Forastero” y “Decírmelo”, donde todos los músicos mandaron su parte con un audio buenísimo; y me
propusieron sacar un single con eso. Así que voy a sacar un single, el disco en
vivo y ya tengo en un 90% terminado el disco nuevo
Recién hablábamos de
Ricardo y su participación. Visto a la distancia y a más de 15 años de no estar
en la banda, ¿cómo recordás tu paso por Divididos?
De esos nueve años lo que más recuerdo es ese nivel de
intensidad artística y creativa donde, todo lo que aparecía y volaba, iba a parar ahí. Lo
hemos hablado nosotros tres eso de retirarnos un poco, como nos pasó cuando
fuimos a grabar “Narigón Del Siglo” a
Abbey Road donde estuvimos 20 días viviendo ahí. Eso hace que ese nivel de
concentración sobre lo que tenés que tocar y grabar, por más que los demos ya
era muy aproximados, sea muy fuerte.
En épocas de Abbey Road con Mollo y Arnedo |
Antes de entrar a Divididos no nos conocíamos con Ricardo y
Diego, pero teníamos gente en común, quizás porque éramos los tres del oeste y
transitábamos lo mismos bolichitos en Palomar y Ramos Mejía. Por eso es que, ya
desde los primeros ensayos, yo me decía: “parece que a estos tipos los conozco de
toda la vida”. Y eso hasta el día de hoy me sigue pasando. Porque manejamos los
mismos códigos, esa especie de convivencia artística que se manifiesta en cosas
que se entienden con solo una mirada. Y hay discos que eso lo expresan
fielmente como en “Narigón del Siglo”
Gran Martell es un grupo que aprendió a esperarse. Con Tito tenemos ambos situaciones similares: por momentos estamos en la ciudad y por momentos nos alejamos y cortamos todo. Yo estoy muchas veces en la montaña y a Tito le pasa con el mar. Y la pandemia lo agarró ahí. Entonces en todo este tiempo me comuniqué no más de 4 o 5 veces con Fargo. Porque ya le cacé la onda de que está en otra frecuencia; y creo que la debe estar pasando bien porque está en un lugar con mucho menos riesgo. Lo consideró también a Tito un amigazo y a Gustavo también, y me parece que cuando las cosas se dan así, por algo será porque creo que se viene un Gran Martell muy pero muy renovado y voy a poder inclusive salir también a cantar adelante.
Bonus Track: los discos de
Divididos en el recuerdo de Jorge
“Otro Le Travaladna”
(1995): Fue mi debut con la banda, y aunque aun nos estábamos conociendo, sintonizamos muy rápido. Lo grabamos en (N: el estudio) Ion con el Portugués Da Silva (N: reconocido ingeniero y productor) y de
alguna manera es el disco más frankzappesco que hicimos, con mucha influencia
de los 70s y un sonido bastante seco, con muchas figuras, solos e improvisaciones.
¡Es un discazo!
“Gol De Mujer” (1998): Lo grabamos en Los Angeles nada menos que con Ross Garfield el ingeniero del “Álbum Negro” de Metallica como drum doctor, asi que es el mejor sonido de batería que tuve y voy a tener (risas). ¡Tenia para elegir tres sets de batería de tres marcas diferentes y de tres maderas diferentes! Así que lo recuerdo como uno de los momentos más elevados desde lo sonoro y lo técnico, en temas como “Zombie" y "Nene De Antes". Como fue un disco más popular, hizo que me ponga en un lugar de cierta aceptación del público de Divididos
“Narigón del Siglo”
(2000) “Bueno, ¡mirá lo que tengo acá atrás! (señala un cuadro con el disco
de oro por “Narigón Del Siglo…” detrás de su batería) A ese disco lo grabamos
en Abbey Road cuando mi hijo tenía un mes. Tengo muchos recuerdos de esa época, era como que entrabamos en una relación de “concentración”, de
convivencia cada vez que venía un disco. Primero la quinta como sala ensayo; y
después viajabas y te instalabas ahí, en un estudio de grabación. Pero recuerdo
que vivíamos concentrados, y eso es algo que me pasó sólo con Divididos, porque
durante la semana ensayábamos y los fines de semana salíamos de gira. ¡Nos
veíamos todo el tiempo! Entonces irte a otro lugar y estar un mes juntos, era
prácticamente lo mismo.
“Vengo Del Placard De
Otro” (2002): Tengo un recuerdo bastante intenso porque fue mi utimo disco
en estudio. El disco lo grabó Álvaro Villagra en el estudio Del Abasto y debe
haber tenido mucho trabajo porque, después de una charla con Diego y Ricardo, decidimos usar sets diferentes combinando todas mis baterías en el estudio. Por
eso es un disco muy creativo y experimental, donde participó el Pollo Raffo en
arreglos de cuerdas. Tiene canciones que han quedado para siempre en los oídos
de los fans como “Pepe Lui”
“Vivo Acá” (2003): Para esa serie de shows en el Gran Rex ensayamos una parte acústica y una parte eléctrica que terminó siendo un disco doble Y salimos con una artística muy curiosa, porque yo salía con un cajón peruano, Diego con una balalaica y Ricardo con una guitarrita acústica. ¡Era algo muy difícil de entender para el tipo que venía a ver a La Aplanadora del Rock!. Me acuerdo que en los reportajes aclarábamos que: “el power va a pasar por otro lado”. Alguno se debe haber parado en la butaca y la debe haber roto y la tendremos que haber pagado, pero era entendible. ¡Había mucha intensidad!
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