BOB DAISLEY AND FRIENDS - "Moore Blues For Gary: A Tribute to Gary Moore" (Ear Music 2018) ***

Parte fundamental de la etapa dorada de Thin Lizzy, además de haber fundado Skid Row (no confundir con la banda norteamericana) y participado en Colosseum II, el irlandés Gary Moore fue un rara avis dentro del ambiente rockero, moviéndose en su carrera solista desde el hard rock hasta el blues hasta su sorpresivo fallecimiento en 2011.

El bajista Bob Daisley (quien además de participar en la banda de Moore formó parte de Rainbow, Black Sabbath y fue pieza clave en la carrera solista de Ozzy Osbourne) llevó adelante este tributo, a ocho años de su muerte, armando un seleccionado con lo más destacado del hard rock internacional

Daisley y Moore en los viejos buenos tiempos

Moore Blues For Gary se enfoca precisamente en la etapa blusera del guitarrista (cuenta la leyenda que fue el propio Daisley quien le recomendó a Moore grabar un disco de blues resultando en la edición del multiplatino “Stil Got The Bues” que lo reposicionó a nivel mundial)  y la primera sorpresa la marca Joe Lynn Turner (ex Deep Purple y Rainbow) poniéndole aspereza a su garganta para “The Blues Just Got Sadder” con el Toto Steve Lukather en la guitarra, de lo más destacado junto a la rendición de ”Parisiene Walkways” de parte de Steve Morse (Deep Purple) y el cantante de Black Star Riders, Ricky Warwick.

En el debe, queda la participación del ex Whitesnake y Thin Lizzy  John Sykes, quien trata de darle su toque al legendario “Still Got the Blues” (excelentemente cantada por Danny Bowes de Thunder) pero cada nota del original está tan arraigada en el inconsciente colectivo, que es bastante difícil salir bien parado; algo que sin embargo logran el inefable Glenn Hughes a cargo de la balada “Nothing’s The Same” y la guitarra de Doug Aldrich (ex Dio y Whitesnake) en“The Loner” con el Kiss Eric Singer en la batería y el Deep Purple Don Airey en los teclados.

Y a pesar de cierta falta de variedad estilística (la mayor parte de los tracks son baladas) y de que, como se acostumbra en este tipo de homenajes, se sienta la falta de cohesión, este réquiem blusero cumple con creces el objetivos de revisitar la obra de uno de los guitarristas más notables en su estilo