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DISCOS: EN «=1», DEEP PURPLE DEMUESTRA QUE EL TODO ES MÁS QUE LA SUMA DE LAS PARTES

DEEP PURPLE – “=1” (Ear Music 2024)

“Viejo es el viento y sigue soplando”. “Mas sabe el diablo por viejo, que por diablo”, “Viejos son los trapos”… todas estas referencias (y más) ya fueron utilizadas para describir la última década y media en el universo Deep Purple. Es que, a rigor de verdad, la legendaria banda de Hertford se viene preparando para el final de su carrera desde el lanzamiento de “Now What?” de 2013, y eso es precisamente lo que reflejaban los titulos de los discos (el ya mencionado “Ahora Que?”“Infinito” de 2017, y hasta el onomatopéyico “Whoosh!! de 2020 que emulaba el sonido del agua yéndose por el desague del inodoro).

Y cuando parecía que ya no había mas agua bajo el puente, la desgracia le jugó a favor a la continuidad del quinteto, cuando el guitarrista Steve Morse (que tuvo la dura tarea de reemplazar a Blackmore en 1994) tuvo que retirarse del grupo para cuidar a su esposa enferma. Rapidamente, la banda lo reemplazó por Simon McBride, joven (al menos en los parámetros Purple) guitarrista norirlandés con influencias del blues rock y que ya habia acompañado en sus proyectos solistas tanto a Ian Gillan como a Don Airey, además de haber participado en Snakecharmer, proyecto ligado a la familia púrupura por contar con ex miembros de Whitesnake.

Con todo este contexto, es obvio que “=1” (titulo que hace referencia a la idea de que en un mundo cada vez más complejo, eventualmente todo se simplifica a una sola unidad) no es un disco más en la carrera del grupo, más teniendo en cuenta el buen desempeño mostrado por McBride en la ruta y las expectativas generadas por los cortes adelanto, que mostraban que el nuevo material mostraba varios guiños al pasado.

La duda previa a la escucha estaba planteada entonces por saber si Purple iba a seguir por el sendero más ligado a la experimentación de la era Morse, o si McBride iba a sacar a relucir su costado mas blackmoreano, marca registrada del sonido del clásico Mark II.

Y cuando le damos play a “Show Me” el tema de apertura, nos volvemos a percatar de que Deep Purple sigue siendo esa banda indescifrable que nunca defrauda. El tema mantiene la esencia de la era Morse (de hecho bien podría haber formado parte de “Purpendicular” de 1996) pero a la vez tiene ese toque de zapada organizada tipico de la etapa de la banda con Bob Ezrin como productor (quien aquí cumple nuevamente ese rol por quinta vez consecutiva), además de mostrar el filo orgánico de la etapa clásica.

Y si hay algo de lo que siempre vamos a estar seguros en un disco de Purple es que la ejecución va a ser impecable: desde el tandem Glover/Paice (78 y 76 años respectivamente) y esa simbiosis rítmica grroovera de precisión suiza, que ya lleva funcionando más de medio siglo, hasta la siempre exquisita performance de Don Airey (76 primaveras) luciendose en cada arreglo, cada acorde y cada solo, sin dejar de lado al inoxidable Ian Gillan quien, al filo de los 79 pirulos, todavía tiene el oficio suficiente como para seguir cantando sin desentonar (incluso sonando mejor que en discos anteriores, probablemente gracias a la tecnologia) e incluso permitiéndose uno de sus aullidos marca registrada en “Now You’re Talkin’”.

Pero todos los oidos apuntan al nuevo chico de la cuadra; McBride que, a puro desparpajo, encontró rápidamente su lugar en el grupo. Y esa inyección de aire fresco se nota, no sólo en la frescura de la ejecución, sino también en un nuevo enfoque compositivo, que se corre levemente de lo progresivo para meterse en terrenos más rockeros, gracias a su influencia que permite canciones más redondas que privilegian la guitarra, pero sin que ella deje nunca de interactuar con los teclados.

Y como resultado de esta nueva formula, dentro de los 13 tracks tenemos grandes canciones como “Portable Door” (con su referencia al clásico “Pictures Of Home”) y “Lazy Sod” que obviamente suenan más al espíritu del Mark II pero sin convertirse en una burda copia. Y para los que pensaban que los años le quitaron fuerza al grupo, ahi tenemos a “Old- Fangled Thing” (con una lírica pícara 100% Gillan, que no pierde las mañas) y la ya mencionada “Now You’re Talkin’”, que se contraponen con momentos más calmos y bluseros como “If I Were You” y “I’ll Catch You”, dejando el costado prog para el cierre con “Bleeding Obvious”.

Y luego de cada escucha, las conclusiones van saliendo solas: “=1” muestra a un Deep Purple fresco a pesar de los años (incluso los mismos purple bromean que, con la entrada de McBride, el promedio de edad del grupo bajó a… ¡74 años!), dejando en claro que la banda va a seguir adelante hasta que la muerte los separe. Y hasta que eso ocurra, de alguna manera (tal como pasó con “Purpendicular”, disco con el que se puede establecer más de una referencia), este “=1” significa un volver a empezar, para una leyenda que desafía al paso del tiempo, a la vez que agiganta cada vez más su mito y su eterno legado.

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