SHOWS EN STREAMING: VIENDO A KISS DESDE CASA
Esta vez no logramos estar presentes en lo que se supone será la última visita de Kiss a la Argentina, pero transmisión televisiva mediante, pudimos apreciar en directo el capítulo local del tramo final de la extensa carrera del cuarteto carapintada
Desde ese primer show en enero de 1973 en un pub casi
desierto llamado Popcorn, KISS tuvo
todo planeado, salvo un pequeño gran detalle: envejecer. A un disco poco
exitoso (algo que la banda obviamente tuvo en su extensa carrera) se le puede
dar revancha en el siguiente, a la deserción de integrantes (otro ítem que los
neoyorquinos se anotaron) se les pueden sumar reemplazos que estén a la altura
de la leyenda… pero el paso del tiempo es inexorable y llevó a la banda a
empezar a pensar en su jubilación. Fue así como el cuarteto decidió arrancar su
gira despedida “The End of The Road” en
2019, la cual, pandemia mediante, recién pudo traerlos (muy posiblemente) por última
vez a Argentina en este 2022 en el Campo Argentino de Polo
ARDIÓ LA SANGRE Y LA
ESPERA
Desde el vamos, quedo claro que la decisión de poner a Arde La Sangre como grupo soporte, no
era la más indicada. No por los méritos de la nueva banda de los ex Carajo Marcelo Corvalán y Tery Langer, sino por la propuesta
alejada no solo del grupo principal, sino también de lo que se supone que debe
ser el rock de estadios, ese género que necesita de estribillos grandilocuentes
y melodías inolvidables. Y si bien el cuarteto (completado por Luciano Farelli en guitarra y Nacho Benavides en batería) sonó de maravillas
(de hecho su set me gustó más que el disco debut disponible en plataformas)
cierta sensación de ansiedad e inmensidad poco colmada se dejaba entrever cada
vez que Corvata se dirigía al público. Aunque en definitiva, con siete temas en
poco más de media hora, Arde La Sangre
cumplió sin sobresaltos con un compromiso a priori difícil, dejando el crédito
abierto para su próxima fecha el próximo 7 de mayo en Vorterix
BUENOS AIRES CIUDAD
DEL ROCK
Tras media hora de retraso, finalmente comenzó a sonar por
los partlantes“Rock And Roll” de Led
Zeppelin dando la señal de largada del grupo (¿por última vez en
Argentina?) hacia el escenario. Instantes después y tras la histórica intro de
“la banda más caliente del mundo” la cuenta de cuatro para “Detroit Rock City” pone
en marcha a los superhéroes para que muestren todos sus trucos. Es que, para
aquellos que conocen mínimamente la historia de KISS, nada parecido a la sorpresa puede surgir en las dos horas de un
show de la banda: ya sabemos que Gene va a escupir fuego en “I Love It Loud” y
sangre durante su solo de bajo antes de “God Of Thunder”; que Paul no habla
bien español pero que “comprende nuestros corazones y sentimientos”, además de
volar sobre el público colgado de un arnés en “Love Gun”; que Tommy Thayer va a cumplir con creces
la dura tarea de clonar los estilos de sus cuatro predecesores y que Eric
Singer va a tomar plena posesión del rol del Catman cantando de forma
impecable himnos como “Black Diamond” y “Beth”.
Y si ya sabemos que es lo que va a suceder (¡ni siquiera hubo cambios en el setlist!), ¿qué es lo que nos hace mirar la pantalla tan fascinados? Pues ni más ni menos que la precisa maquinaria que desde hace casi cincuenta años KISS lleva adelante, en lo que sin dudas es el mejor show de rock del mundo: la pirotecnia, las luces, la comunicación con el público y si… las canciones. Esos clásicos inoxidables que escuchamos mil veces pero aún siguen funcionando
Ya frente a la tele birra en mano para ver a Kiss. Esta sonando muy bien Arde La Sangre en la previa
— Ale Do Carmo (@AleDoCarmo) April 23, 2022
UNO PARA TODOS, TODOS
PARA KISS
Si nos ponemos a detalklar las performances individuales, sin
dudas el carisma no se encuentra entre las virtudes de Tommy Thayer; pero no lo contrataron para otra cosa que replicar
perfectamente el estilo de Ace Frehley
y eso es lo que hace, y de yapa también le pone el pecho a las etapas de Vinnie Vincent, Bruce Kulick y el efímero paso de Mark St. John. Y a pesar de ser el menos querido por la audiencia (quizás
por eso no le puso la voz a ninguna canción en el show) el ex Black And Blue demostró que Gene y Paul
no se equivocaron en elegirlo para cubrir los zapatos (mejor dicho las botas)
de Ace) hace ya 20 años.
El caso de Eric
Singer es diferente. No solo cuenta con la ventaja de haber sido un KISS antes de la reunión de los cuatro
originales en 1996, sino que su talento (y el presente de semi retiro del
entrañable Peter Criss) hace que
nadie cuestione su bien ganado lugar. Y su aporte a la causa es fundamental, no solo aporreando los parches
de manera impecable, sino también con
sus coros que ayudan a salvar el único flanco débil de la banda (ya hablaremos
de eso)
A simple vista, con casi 73 años (y varios kilos de más)
encima, parecería que Gene Simmons baila
con la más fea a la hora de cargar el traje, las botas, el rodete y el
maquillaje Pero el bueno de don Klein, a pesar de que ya no se muestre
como una amenaza sobre el escenario y apenas se mueva mientras toca su
hacha/bajo, sigue siendo una pieza fundamental en la banda llevándola adelante
no solo con su todavía digna presencia escénica, sino también poniéndole la voz
firme a sus canciones de todas las etapas (desde “Cold Gin” y “Calling Dr.Love”
hasta “War Machine” y “I Love It Loud”) y haciéndole el aguante a Paul en los
tan necesarios coros (¡ya hablaremos de eso!)
A diferencia de sus compañeros, Paul Stanley escénicamente siempre quiso sacarse pesos de encima:
desde los trajes hasta (por momentos) la guitarra. Pero lo que nunca podrá
sacarse Mr Eisen a sus 70 años, es
esa presión de seguir siendo uno de los frontman más importantes de la
historia. Y vaya si cuesta demostrarlo, no tanto a nivel escénico (nadie en su
sano juicio le daría más de cinco décadas al verlo moverse en escena con esa
soltura incorporada a flor de piel) sino en lo que resulta sin dudas el Talón de
Aquiles de la banda: su desempeño vocal. Los videos de la gira mostraban que el
Starchild por momentos abusaba de las pistas de voces de back up, llegando a
ser acusado por fans indignados de, lisa y llanamente, hacer playback. Es difícil
afirmar que hubo lip synch desde la transmisión televisiva, pero lo que quedó
en claro es que, si bien KISS
utiliza mucho las pistas con voces de apoyo, el estado vocal de Paul le alcanza
para dar un espectáculo a la altura de las expectativas.
Y por más que ya sepamos todos los trucos de memoria, las lágrimas
que están rodando, hacen difícil ver los
últimos gimmicks de papel picado y guitarra de utilería rota en “Rock And Roll
All Nite” que anteceden al último adiós, ¿Es que acaso de verdad no los veremos
más? ¿No más “Deuce”, ni “Heaven´s On Fire”, ni “Love Gun”? ¿No más rituales
con pintura en el rostro, lenguas afuera y ojos delineados?
Quizás Gene y Paul todavía no sepan que los superhéroes no
se jubilan, así que dejemos las botas en la puerta y pidámosle a los Reyes
Magos del rock una vuelta más de lo que más queremos: ¡la banda más caliente
del mundo, KISS!
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