DISCOS: EN “ROCK BELIEVER”, SCORPIONS SIGUE CLAVANDO EL AGUIJÓN SIN PERDER LA FÉ
SCORPIONS – “Rock Believer” (Vertigo 2022)
Como una especie de Chalchaleros del heavy metal, los Scorpions, a pesar de haber anunciado su retiro hace una década, todavía siguen firmes girando por el mundo a medio siglo de su debut. “Rock Believer” no solo es su primer disco en siete años sino que, además marca una nueva etapa en el grupo, con nada menos que el ex Motorhead Mikkey Dee en la batería. Y la impronta del rubio percusionista sueco se hace notar ya desde la apertura con “Gas In The Tank” toda una declaración de principios rockeros con acento alemán
La siguiente “Roots In My Boots”, remite al último eslabón de la época dorada del grupo, el multiplatino “Crazy World” de 1990 (que incluía el célebre himno “Wind Of Change”) marcando algo que, en una banda con más de medio siglo de carrera a cuestas, resulta lógico: la sensación de deja vu en las canciones de «Rock Believer», que retrotraen al oyente a las pasadas épocas de gloria de los alemanes.
Y tan es así, que en este decimonoveno álbum en la longeva carrera de la banda (disponible en dos versiones, la standard de 11 tracks y la deluxe con un no tan necesario bonus CD) tenemos tanto canciones como “Call Of The Wild y “Hot And Cold” que remiten a la trilogía de poder ochentosa de “Animal Magnetism” / “Blackout” / “Love at First Sting”; como momentos más melódicos como “Knock ‘em Dead», además de la infaltable –pero no por eso obvia – power ballad “When You Know” y dos hitazos que si aterrizásemos con el De Lorean en 1985 sonarían todo el tiempo en las FMs: el primer corte “Peacemaker” y el tema título que, más allá de la letra obvia (“Grita por mi gritador/ Soy un creyente del rock como vos”) demuestra que –al menos en la versión original del disco- aún quedan balas en ese viejo cargador metálico teutón.
Precisos y potentes, los alemanes más célebres del hard rock, lejos de iniciar los trámites de jubilación, hacen honor a su estirpe guerrera y siguen dando batalla en el mundo del metal, con un puñado de buenas canciones, la fuerza melódica de siempre y la idea de que todavía les queda más nafta en el cargador, sin tener que apelar a obvios e innecesarios vientos de cambio.
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