DISCOS: EN “4” SLASH CONSOLIDA SU PROPUESTA JUNTO A MYLES KENNEDY AND THE CONSPIRATORS

SLASH FEATURING MYLES KENNEDY AND THE CONSPIRATORS – “4” (Snakepit/Gibson 2022)

Si hay algo que caracteriza a Saul Hudson es la perseverancia y la constancia. La primera para poder consolidar un proyecto definitivo personificado en Myles Kennedy And The Conspirators –los laderos que necesitaba después de las experiencias agridulces de Snakepit y Velvet Revolver- y la segunda para conservar un estilo que se mantiene desde sus inicios inalterable al paso de los años. Y es así que este cuarto trabajo del Hombre de la Galera junto a su backing band definitiva hace que nos olvidemos del largo letargo discográfico de Guns N’ Roses, a fuerza de puros riffs explosivos y punteos filosos.

“Es el sonido de nosotros cinco zapando en una habitación” anticipaba Slash antes de la salida del álbum; y escuchando tracks como  “April Fool”, “The Path Less Followed” o la hiper ganchera “Cést La Vie” (con pasta de hit) no queda más que darle la razón al guitarrista que, sin perder protagonismo, también le deja espacio a sus compañeros (Todd Kerns en bajo, Brent Fitz en batería y Frank Sidoris en guitarra rítmica) para crear un sonido compacto y sin fisuras.

Pero la pieza clave que hace que todo funcione es Myles Kennedy, a esta altura el socio ideal de Slash, quien con su registro versátil que dota a cada interpretación de luz propia, hace que todo el engranaje encaje a la perfección, ya sea desde el hard rock más callejero hasta momentos más melódicos como la pop rockera “Fill My World”, uno de los de distinción del disco junto a la oscura “Fall Back On Earth” donde el estilo de Myles se ensambla sin problemas con las ya conocidas “killer guitar melodies” del dueño de la pelota.

Con diez tracks precisos en unos compactos 40 minutos de duración, “4” probablemente sea el trabajo más logrado del proyecto solista de Slash, quien sin perder identidad ni modificar su propuesta, y mientras sigue esperando que Axl se ponga en la misma sintonía, no pierde ni el pelo (nunca) ni las mañas.