DISCOS: JAZZ SABBATH - "JAZZ SABBATH" (Blacklake 2020) *** 1/2
¿Cómo darle otra vuelta de tuerca a algo tan trillado como
los discos tributo que inundaron el mercado desde la segunda mitad de los 90s?
Adam Wakeman, tecladista de Ozzy Osbourne y Black Sabbath (e hijo de Rick, la
leyenda de Yes), parece haber encontrado la respuesta con este proyecto que,
tal como su nombre lo indica, consta de versiones jazzeras de clásicos de
Sabbath
Hasta ahí, algo no demasiado original tampoco (de hecho ya
existía un proyecto llamado así desde hacía años), pero Adam apela a lo mejor
de su raigambre británica: el humor inglés a la Monty Python. Para ello, y muy
en la vertiente Spinal Tap, Adam lanzó como acompañamiento de la salida del
proyecto, un falso documental sobre una historia tan cómica como peculiar.
Según el mockumentary,
Jazz Sabbath fue un trio liderado por el pianista Milton Keynes (en la piel del
mismo Adam) que planeaba lanzar su disco debut el 13 de febrero de 1970 (casualmente
el mimo día que el mítico debut de Black Sabbath), pero un ataque al corazón
sufrido por Keynes que lo dejó en coma y un posterior incendio de las oficinas
de la compañía donde se guardaban los masters hizo que el material nunca viera
la luz… hasta ahora.
Y para apoyar esta idea, el falso documental presenta testimonios de varios personajes ligados al universo Sabbath, como el bajista Neil Murray, el baterista de Faith No More Mike Bordin, el productor de Ozzy Kevin Churko y hasta el mismísimo Rick Wakeman quienes cuentan ante cámaras como la banda de Tony Iommi le robó la idea a Keynes y desarrolló un concepto con el cual engañó a la industria de la música por más de medio siglo. El resultado se torna hilarante sobre todo en los momentos donde Keynes (obviamente personificado por un caracterizado Adam Wakeman) cuenta la historia detrás de la creación de temas como “Rat Salad” y “Iron Man”
Yendo al disco, “Jazz Sabbath” es ni más ni menos que la
versión jazzera de siete clásicos de la carrera de la bruja negra en un formato donde el piano es el completo protagonista al estilo de Bill Evans. Por cuestiones lógicas la mayoría de las canciones se
tornan irreconocibles a la primera escucha, dándole lugar a Adam para solear a
gusto acompañado principalmente sólo por bajo y batería
El resultado esquiva el camino fácil del easy listening, sobre todo por detalles
como el sutil homenaje a “Kind Of Blue” de Miles
Davis en la versión de “Fairies Wear Boots” y los arreglos de guitarra en “Hand
Of Doom” y de trompeta en “Children Of The Grave”
Con la lograda zapada de “Rat Salad” como parámetro
destacado y el buen gusto de Wakeman presente a lo largo de los 43 minutos; “Jazz Sabbath”, si bien no
pasará a la historia para los oyentes casuales, al menos logra sacar una
sonrisa a aquellos conocedores del legado del cuarteto de Birmingham y obliga a
la escucha atenta y el disfrute.
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