SHOWS: TOTO Y CHRISTOPHER CROSS, UNA FIESTA DE HITS EN EL CAMPO DE POLO

TOTO + CHRISTOPHER CROSS, CAMPO ARGENTINO DE POLO, 13/12/2025
PRIMERO, EL CRISTO (PHER) DE LA CROSS
Relacionado hace décadas con el circuito de soft rock y AOR, la carrera de Christopher Cross pudo haber sido muy diferente desde aquella célebre noche de agosto de 1970 en San Antonio, Texas, cuando le salvó las papas a Deep Purple reemplazando por una noche nada menos que a su admirado Ritchie Blackmore quien estaba enfermo e imposibilitado de tocar. Nadie sabrá que podria haber sido de su carrera de haber seguido su gusto por el blues rock y el hard, pero el bueno de Christopher finalmente se hizo un nombre, gracias a sus exitos en el circuito adulto contemporaneo de principios de los ’80
Ante un cielo que se iba oscureciendo mientras el público se iba acomodando para el plato principal, con una banda con toques de soul y jazz y una propuesta sobria (el carisma no figura dentro del vocabulario del cantante) Cross desgranó sus grandes hits que incluyeron la pegadiza «All Right» (AKA «Pingüino Rodriguez»), las melosas «Sailing» y «Arthur’s Theme» («Best That You Can Do») y «Ride Like The Wind» -conocida en el mundo metalero por la versión que hiciera Saxon en 1988- para un show, a tono con su figura, sobrio, sin grandes matices y apostando a lo seguro
HASTA QUE CHOQUE ROSANNA CON AFRICA
¿Cómo se compone un hit? ¿Qué tiene que tener una canción para que se convierta en éxito? Más allá de la trillada fórmula: estrofa, estribillo, estrofa, estribillo, puente y estribillo final, hay algo imposible de prever en la composición de un éxito. Quizás tenga que ver con lo que el filosofo Walter Benjamin denominaba «aura», esa presencia única y auténtica de una obra original en su tiempo y espacio. O lo que a Luca Prodan se refería, cuando se agarraba el corazón y decía: «vos agarrá una guitarra y haceme latir acá» En el caso de Toto, que tengan 4400 millones de reproducciones en Spotify, en tan solo 4 canciones, hablan a las claras de que compiten seriamente en la liga de buscadores de la canción perfecta, formula que probablemente los miembros de la banda hayan desarrollado con los años, desde aquella época en la que, de tanto cruzarse entre ellos por los estudios de grabación, decidieron armar su propio proyecto.
Y aunque hoy, de los Toto originales, solo tengamos a Steve Lukather sobre el escenario, ese espíritu melódico, accesible y de indudable buen gusto sigue en pie. Y más cuando se apagan las luces y la banda arranca con su clásica suite instrumental «Child’s Anthem» a la que le siguió «Carmen», ya con Joseph Williams en la voz solista (hijo de John, el legendario compositor de soundtracks y mano derecha de Lukather en esta versión de la banda), antes del primer 1-2 a la mandíbula: «Rosanna» coreada hasta por los cuidadores de caballos en los studs (a propósito, el olor a bosta del Campo de Polo fue bastante molesto)

Y con las siguientes «99», «Mindfields» y «Pamela» ya algo empezaba a quedar en claro: si bien Lukather es la figura destacada del grupo, como todo buen capitán, siempre deja lugar a que brille su equipo. Y ahi tenemos una base sólida con bastante impronta jazzera (el bajista John Pierce y el batero Shannon Forrest), además del aporte del multiinstrumentista Warren Ham y la doble frutilla del postre en los teclados: el tandem conformado por el legendario Greg Phillinganes (ex Eric Clapton, Stevie Wonder y Michael Jackson entre otros) y la joven promesa Dennis Attlas (anoten ese nombre) quienes se reparten momentos en solitario a la par de Williams, repartiendo el protagonismo y dando la sensación ser una verdadera banda y no un combinado de sesionistas.
Y además de todo eso, el Mariscal Lukather maneja los tiempos del partido, y sabe cuando ponerse meloso («I Won’t Hold You Back»), cuando volverse disco/funky (la bailable «Georgy Porgy») y cuando rockearla duro («Angel Don’t Cry» con la voz lider de Attlas, y de nuevo, anoten ese nombre) para beneplácito de una audiencia en donde se destacaban los colores pasteles y los sweaters al hombro.
La seguidilla final tuvo como protagonistas a la balada «I’ll Be Over You» y el resto de los hits que faltaban: «I’ll Supply The Love», la rockera «Hold The Line» y obviamente el himno Aspen, «Africa» para coronar una noche que tuvo todos los ingredientes, sin que el resultado resulte empalagoso y nos permita volver a casa, silbando bajito por Avenida Libertador.
Fotos: Chule Valerga (cortesía prensa Luciana Varas)
Baterista frustrado, docente y periodista especializado en cultura y espectáculos. Creador del programa La Isla de los Monos, ha colaborado en Rock.com.ar y las revistas Efecto Metal, Mala Difusión y Devils Beat Records Mantiene su blog Film Song (www.film-song.blogspot.com) desde 2005.
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