SHOWS: BLACK CROWES EN EL LUNA PARK, EL ROCK AND ROLL COMO REMEDIO
Ni juntos hasta que la muerte los separe como los Van Halen, ni peleados todo el tiempo
como perro y gato como los Gallagher-aunque
con varias rencillas en el medio- los hermanos Chris y Rich Robinson
supieron construir un sonido forjado en sus raíces sureñas en un momento muy particular del
rock: la segunda mitad de los 80, lo que los llevó desde el principio a
convertirse en una rara avis de la escena con su debut "Shake Your Money Maker" un oasis de rhythm and blues en
el medio de la ola de hair metal que
copaba los rankings en 1990.
Y más de tres décadas después, ese disco debut los volvió a
traer a tierras porteñas luego de ese tan lejano como recordado show en Ferro
como teloneros de los ex Led Zeppelin
Page y Plant en 1996. Ante un
Luna colmado la versión 2023 de los Crowes trae además de los hermanos Robinson
al bajista Sven Pipien -un cuervo
negro en la última etapa original del grupo-, el tecladista Joel Robinow, el baterista Brian
Griffin (reemplazante del histórico Steve
Gorman) y el crédito local: Nicolas
Bereciartua, hijo de Vitico, ex
miembro de Riff y The Magpie Salute uno de los proyectos
solistas de Rich.
Pasados algunos minutos de la hora señalada y tras el "Are You Ready? " de los Grand Funk Railroad el sexteto (más las dos coristas invitadas) arrancó con “Twice as Hard” el tema de apertura de "Shake Your Money Maker”, disco protagonista de la noche que sonó completo y en orden.
Y tras el "Hola Bs As" con el que Chris Robinson saludó escuetamente al
público luego de esa gema a la Faces llamada "Jealous Again"
ya podíamos sacar las primeras conclusiones: el volumen era excesivamente alto,
lo que hacía que rebote en las plateas, algo que la banda logró suplir con
muchisimo feeling; y que Nico
Bereciartua le haria frente a una parada difícil, haciéndose cargo de replicar la mayoría de los solos de las
canciones.
La celebrada “Sister Luck” marcó el primer cambio de ritmo y
demostró el buen momento vocal del frontman, con una performance simil Mick
Stewart (¿o deberíamos decir Rod Jagger?) que dejó bien en claro cuáles
son sus máximas influencias, tal como el soulman Otis Redding, autor de “Hard To Handle” en una versión que puso a bailar a todo el
Luna Park.
SACUDE TU ESCENARIO
"Les dije que este era un show de rock and roll así que
rockeemos" dijo Chris antes de "Thick and Thin" que nos llevaba
a terrenos Stones circa "Some Girls"; y que sirvió de aperitivo para el
gran hit del disco: la balada "She Talks To Angels " con Nico dando
cátedra con el slide marcando el contrapunto con los arpegios de Rich, quien
parecía gustoso de mantenerse en un segundo plano. El final de la sección de “Shake…” llegó con “Struttin' Blues” y “Stare
It Cold”, quizás las canciones más flojas del disco y el único momento en donde
el show decayó en intensidad.
"No Speak No Slave" de "The Southern Harmony and Musical Companion" el segundo
álbum de los Cuervos inauguró la última parte del show con la sorprendente
inclusión de “Go Faster” de "Amorica",
además de las celebradas “Wiser Time” y “Thorn
in my Pride”, antes del cierre definitivo con el único bis: nada menos que “Rocks
Off” de los Rolling Stones en una versión cruda, con Nico y su remera de Riff el en el pecho y una sonrisa
eterna en el rostro. La misma que los asistentes al retirarse, con el espíritu satisfecho
después de una panzada de rock and roll.
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