DISCOS: DEEP PURPLE APROVECHA LA PANDEMIA PARA DESEMPOLVAR INFLUENCIAS EN “TURNING TO CRIME”

DEEP PURPLE – “Turning To Crime” (Edel/Ear Music 2021) ***

Es difícil de creer que los creadores de himnos inoxidables como “Highway Star”, “Black Night” y “Smoke On The Water” hayan comenzado su carrera siendo unos apenas competentes intérpretes de versiones en sus tres primeros discos con aquella primigenia alineación conocida como Mark I. Por eso no resulta tan descabellado que la banda, al encontrarse con mucho tiempo libre al no poder presentar en vivo el impactante “Whoosh!” por la pandemia, despuntara el vicio postergando su jubilación con un disco de covers. El resultado es “Turning To Crime” el primer álbum enteramente de versiones en su larga carrera, y por cuarta vez consecutiva también con el legendario Bob Ezrin en la producción.


Y si en esa mencionada génesis de Deep Purple los temas elegidos para versionar eran hits radiales que, a la manera de Vanilla Fudge, se convertían en enjambres psicodélicos (con ejemplos como “Help” de Los Beatles, “Kentucky Woman” de Neil Diamond o “River Deep, Mountain High” de Ike And Tina Turner), en “Turning…”  la elección de los temas es bastante más amplia, incluyendo tanto las raíces rhythm and blues del grupo, como una menos conocida faceta country/folk.

El comienzo con una resuelta con pericia “7 and 7 is” (el clásico psicodélico de Love también versionado por Ramones) funciona como tentempié para la primera sorpresa: «Rockin’ Pneumonia and the Boogie Woogie Flu» un clásico del blues guiado por el piano de Don Airey que marca quizás el desafío más grande que propone el quinteto en este trabajo: adaptar su estilo clásico a canciones que lejos están de ser asociadas con Purple, ya sea por época o por estilo. Y en esa veta tenemos a “Watching The River Flow” de la época country blues de Bob Dylan, «Dixie Chicken» de Little Feat y dos versiones que se convierten en los temas menos purpuras de la discografía de la banda: la campirana «The Battle of New Orleans» de Johnny Horton  y “Let The Good Times Roll”, un R&B de Louis Jordan con arreglos de vientos que transforman a una de las piedras angulares del hard rock de los 70’s, en una big band de los 50’s.

Y antes de que los puristas se rasguen las vestiduras teniendo que escuchar a sus ídolos convertidos en una banda de acompañamiento de bares de mala muerte, el quinteto apuesta a seguro con versiones que les sientan más cómodas: “Oh Well” del Fleetwood Mac de Peter Green, “Lucifer” de Bob Seger, “White Room” de Cream y una “Shapes Of Things” de The Yardbirds que si bien no está a la altura del desafío, es reivindicada por una zapada final de casi ocho minutos denominada «Caught in the Act”, armada con fragmentos de “Green Onions”, “Hot ‘Lanta”, “Dazed and Confused” (¡) y “Gimme Some Lovin».

Ni tramites en la ANSES, ni cursos virtuales de jardinería: “Turning To Crime” funciona como la respuesta de Deep Purple al tiempo libre que dejó la pandemia, apelando a la nostalgia para tratar de pasarla lo mejor posible, despuntar el vicio y de paso desacartonar un poco su sonido; aprovechando su último cuarto de hora que, afortunadamente, se esta extendiendo lo suficiente para que podamos seguir gozando de la vigencia de una de las bandas pioneras del hard rock.

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