DISCOS: DEEP PURPLE - "Whoosh!" (Edel Music 2020) ****
Con 52 años de carrera, Deep
Purple viene logrando desafiar a la muerte desde su alianza con Bob Ezrin en 2013, la cual le dio por
ahora, tres vidas más. Es que el ex productor de Pink Floyd, Kiss y Alice Cooper, entre tantos otros,
desafió al quinteto a sacar esa musicalidad de antaño, revitalizándolo en ese
proceso, a través de dos discos de gran factura: “Now What?!” (2013) e “Infinite”
(2017), ambos pensados como broche de oro para una carrera que se extendía por
medio siglo
“Whoosh!” (¿hacía falta un título tan feo?), es el tercer escalón
en este camino, a la vez que el disco número 21 en la carrera de los
dinosaurios ingleses, y sigue la misma línea musical que sus dos antecesores, con
el tecladista Don Airey poniéndose
la banda al hombro junto a Steve Morse
como ladero, llevándolos a terrenos sinfónicos con coqueteos con la world music
y algunos devaneos con la música clásica
Como muestra, basta el tema apertura (y primer corte) "Throw My
Bones" con unos teclados orquestales que sirven de base para que el
guitarrista se despache a gusto con una buena dosis de feeling que remiten a la
época del logrado “Purpendicular”
(1996), con un sonido Morse ya tan
característico para Deep Purple como lo fuera en su momento el sonido Blackmore
“Drop The Weapon” y "We're All the Same in the
Dark" los siguientes tracks, son una buena muestra de este Purple maduro
post “Bananas” que precisamente gana
cuando pierde rigidez y permite que Morse y Airey se suelten, sabiendo que
tienen como sustento el timing ya telepático de la base Glover/Paice.
¿Y qué pasa entonces con Ian Gillan? El viejo guerrero de 75 años (de los cuales al menos 50
se los pasó aullando como un desquiciado) hace lo que puede con el poco resto que tiene, y con eso parece
alcanzar, reformulando su técnica y en ocasiones hablando más que cantando (algo que
viene haciendo desde hace algún tiempo) en algunos pasajes de “Man Alive”
Y aunque promediando la escucha del disco, algunos temas no
terminen de cerrar a pesar de su impronta rockera (como “No Need to Shout", ““What the
What" o el bonus track “Dancing In My Sleep”), de a poco se van
percibiendo los detalles que hacen a “Whoosh!” un disco intrépido que no evita
mirar hacia el pasado de ser necesario (con la reversión de “And The Address”
el instrumental que abría “Shades of
Deep Purple”, el disco debut lanzado en … ¡1968!) sin que eso le impida
avanzar en la dirección correcta, en futuro clásicos como la impactante “Man
Alive” y la inclasificable “Nothing At All”, de lo mejor junto al gran desempeño
de Morse en “Remission Possible" (¡es por acá, Steve! )
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