SHOWS: SLAYER EN EL LUNA PARK. EL ÚLTIMO DESCENSO AL INFIERNO


Slayer + Horcas
29/09/19 Estadio Luna Park - ***
Fotos: Florencia Giuliana (Revista Madhouse)

¿Que define la pesadez de una banda? ¿La distorsión? ¿El machaque de las guitarras? ¿La velocidad de la base? ¿Lo aguerrido de la voz? ¿Lo filoso de las letras? Slayer hizo antes que nadie todo eso y mcho más en discos que quedarán en la historia del heavy metal como “Hell Awaits” (1985); “Reign in Blood” (1986) y “South of Heaven” (1988).

Los 90's y sobre todo los 00's vieron a la banda alejarse cada vez más del éxito; pero a su vez manteniéndose firme en un camino que, tras casi 40 años en la ruta, llega a su fin en una gira mundial despedida.
Y si bien la época de gloria del cuarteto parece haber quedado atrás (con solo el bajista/cantante Tom Araya y el guitarrista Kerry King de la formación original, con el agregado de Gary Holt de Exodus reemplazando al fallecido Jeff Hanneman y Paul Bostaph ocupando nuevamente el lugar del añorado Dave Lombardo), las expectativas creadas por las visitas anteriores, llevaron a que el último show en Buenos Aires tuviese un marco acorde a la trayectoria del grupo.

Ya Horcas había hecho lo suyo con un sonido atronador, arengas contra Macri y ningún tema de la era Civile, dejando el escenario  bien caliente para lo que vendría. Y un segundo después de las 21 se apagaron las luces y comenzó a sonar la intro pregrabada de “Delusions of Saviour”, dando paso al último paso de Slayer por Argentina.

“Repentless” abrió el juego y dejó a las claras el gran dilema de la noche: el sonido ilógicamente alto (algo que se había empezado a notar durante el set de Horcas). Y teniendo en cuenta la disposición del Luna Park, eso determinó que muchos se fueran disconformes, otros satisfechos y todos con un constante zumbido en los oídos.



La primera parte del set se caracterizó por una lista sólida, recorriendo en general sus trabajos más recientes, pero algo exenta de matices, lo que sumado al volumen brutal hizo que el sonido amenace por convertirse en una gran bola de ruido. Y si bien hubo lugar para temas esperados como “World Painted Blood”, “War Ensemble” y “Payback” (donde Araya aprovechó para interactuar mínimamente con el público), la acostumbrada frialdad escénica de la banda chocaba con las ganas de escuchar los clásicos.

Y fue “Seasons in the Abyss” la canción que precisamente abrió la temporada de himnos Y si bien el sonido no mejoró, la trilogía asesina de “Hell Awaits”, “South of Heaven” y “Raining Blood” (sumado a la destacada puesta en escena) barrió con todo atisbo de duda.

El final (¿definitivo?) llegó lógicamente con “Angel of Death”, tras la cual (sin bises) llegaron los saludos de rigor. Y ya sabemos que en el universo Slayer no hay lugar para camisetas de la selección de fútbol, ni nada cercano a la pose demagoga; fue por eso que más allá de la parquedad de King  y el profesionalismo habitual de Holt y Bostaph, sorprendió la actitud de Araya, visiblemente emocionado y contemplando al público durante varios minutos como forma de agradeciendo las muestras de afecto.


Una de las cuatro más grandes bandas del thrash metal dijo adiós; y más allá de las ausencias, lo hizo en un nivel acorde a su leyenda. Solo el tiempo dirá si es definitivo, mientras tanto el recuerdo permanecerá inalterable para los que pudimos disfrutar del último acto.


SETLIST 
1.            Repentless
2.            Evil Has No Boundaries
3.            World Painted Blood
4.            Postmortem
5.            Hate Worldwide
6.            War Ensemble
7.            Gemini
8.            Disciple
9.            Mandatory Suicide
10.          Chemical Warfare
11.          Payback
12.          Temptation
13.          Born of Fire
14.          Seasons in the Abyss
15.          Hell Awaits
16.          South of Heaven
17.          Raining Blood
18.          Black Magic
19.          Dead Skin Mask
20.          Angel of Death

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