SEBASTIAN BACH – Teatro Flores 13/04/2012 ***
Dos largas décadas han pasado desde que Sebastian Bach tenía
tan solo algo más de 20 años, toda la facha y amenazaba llevarse el mundo por delante liderando a una de las bandas más importantes
del hard rock del momento: Skid Row. A pesar del tiempo transcurrido, y de haberse desvinculado
de la banda de New Jersey en 1996 (pero manteniendo su atractivo físico a
juzgar por la inusual cantidad de mujeres en un show de estas características)
el blondo cantante mantuvo intacto su prestigio en su segunda presentación como solista en el país
(la anterior fue como invitado de Guns N’ Roses en 2010)
Obviamente el repertorio estuvo basado en su mayoría en
viejos clásicos de su vieja banda (sobre todo de su disco debut de 1989), desde
el mismo comienzo con Slave to the grind (del disco homónimo de 1991, primero
de una banda de metal en debutar en el puesto número 1 en Billboard), hasta el coreadísimo
cierre con Youth gone wild, pasando por 18
and life, la balada I remember
you y la rockera Big guns, tema tras el cual (justo cuando el sonido comenzaba
a mejorar luego de un comienzo impreciso) un apagón dejó a oscuras el lugar por
unos minutos.
En ese momento (que puede ser fatal para algunos artistas) salió
a reflotar el carisma de Bach, quien se
encargó de mantener a la audiencia entretenida cantando a capella y demostrando
que su voz se mantiene en mucho mejor estado que la de muchos de sus colegas
que sobrevivieron los duros 80s.
A pesar de que el sonido nunca terminó de definirse (por
momentos los problemas técnicos dejaron ver una mueca de fastidio en el
vocalista) pero con una banda sólida (en la que se destacaba el excelente
baterista ex Halford y Riot: Bobby Jarzombek) y un cantante que cumplió a
rajatabla el manual de clichés rockeros, ya sea haciendo chistes o diciéndonos Ti amo Aryentina
repetidas veces, Sebastian Bach demostró que el oficio muchas veces es
suficiente para cumplir con las expectativas creadas y no defraudar al público
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