PEPSI MUSIC – Día 8 – Marilyn Manson/El Otro Yo/Cabezones/Massacre y otros
Vamos las bandas
La octava fecha del Pepsi Music no fue solamente una de las mejores a nivel artístico, sino también a nivel climático con un sol radiante acompañando las presentaciones de las primeras bandas a cielo abierto.
Sobre el escenario secundario se presentaba el primer grupo internacional; The Locos, la banda del ex Ska-P, Pipi. Con su divertida mezcla de ska-punk con letras contestatarias, lograron el primer pogo de la tarde y fueron despedidos con una lluvia de aplausos
Anhelo de satisfacción
¿Como andan los vampiros? saludó Wallas, el cantante de Massacre desde el escenario principal dando muestras de su histrionismo. Es que con un cantante tan carismático es prácticamente imposible que la banda desentone. Arrancaron ganando desde el vestuario con Mi mami no lo hará y en poco mas de media hora se despacharon con unos cuantos hits (para ellos obvio) como Te leo al revés, Juicio a un bailarín, Ziggy Stardust de Bowie (dedicado a Manson, el ultimo glam según Wallas) dejando para el final Plan B y Wallas diciendo “En EEUU anunciaron la muerte del rock ya que Massacre llegó al punto más alto de su evolución ¡Esperemos que no sea así!
Humo demente
Mientras caía la noche llegó el momento de enrollar uno, ya que hacían su presentación Los Natas. Quizás su música no fuera la ideal para disfrutar en un gran festival (imaginen la cara de los delineados fans de Manson escuchando una larga zapada cannabica setentosa) pero sonaron muy bien, aprovecharon las pantallas para mostrar imágenes y luces psicodélicas y contagiaron fuerza. Los temas se basaron en su último y recomendable CD doble, El Universo perdido
Paralelamente en el escenario indoors hacia su presentación Andrés Giménez con su nueva banda D-Mente. El lugar les quedo chico, ya que estaba llenísimo, lo que afectó el sonido pero le dio mucho calor escénico a la banda. Presentaron las canciones de su disco debut mas algún cover de Ramones. Luego de tantos años en la escena, Giménez todavía tiene crédito abierto para el futuro
Cabezones y lagrimones
De vuelta al escenario principal para uno de los momentos más esperados de la noche, el debut de la nueva formación de Cabezones luego del conflicto que los tuvo al borde de la separación. Con 3 nuevos integrantes (más los históricos Alejandro Collados en la batería y Cesar Andino en la voz), la banda sonó algo desajustada por momentos (algo lógico teniendo en cuenta las circunstancias) y el repertorio se baso fundamentalmente en Alas y Jardín de extremidad.
Durante Mi pequeña infinidad, Andino (todavía con visibles secuelas del accidente que sufrió junto a Fernando Ruiz Díaz de Catupecu Machu, lo que lo obliga a desplazarse en silla de ruedas) hizo subir a su pequeña hija y quebró en llanto, que se hizo más notorio durante el siguiente tema (el auto referencial Pasajero en Extinción) que cantó en su totalidad con lagrimas en los ojos. El público los despidió con una ovación emocionante
Eterna juventud
Último numero nacional de la noche a cargo de El Otro Yo. La banda de Temperley arrancó con una poderosa versión de Corta el pasto para pegarle Alegría y levantar a su público (mucho adolescente de pelo de colores). Con su nueva formación de cuarteto, más el agregado de Diego Vainer en teclados y samplers, la banda se paseó por sus mas grandes éxitos (el próximo año festejan su vigésimo aniversario, aunque parezca mentira) y presentó varios temas de su más reciente trabajo Fuera de tiempo en donde Maria Fernanda Aldana se encarga de la mayor parte de las voces
El hijo de la lágrima
Brian Warner es de esos artistas de rock que ya no quedan. Con una gran influencia de Alice Cooper obviamente (él ni siquiera busca ocultarlo) pero también de grandes del glam rock como David Bowie y Kiss, la propuesta de Marilyn Manson excede lo musical e incluye elementos teatrales. Más allá de que su actual propuesta no esté al tope de los rankings como ocurría con sus primeros discos, el Reverendo demostró que sigue vigente dando un show corto pero efectivo
Luces de tono fucsia, mucho humo y una banda que en cuanto a look no tiene nada que envidiarle a su líder, Manson arrancó (luego de una lúgubre música de introducción) con If I was your vampire, primer track de su ultima placa Eat me, drink me, donde el Reverendo abre su corazón y cuenta como moriría por su amada, mientras la guitarra de Tim Skold desgarra nota tras nota hasta el final. Quizás el tema no sería el apropiado para la apertura, pero marcó la pauta de como se desarrollaría el set
Amamos el odio y odiamos el amor
Si bien la banda sonó muy ajustada, obviamente las palmas se las lleva Manson, no tanto por sus cualidades vocales (sin duda el punto más flojo) sino por el manejo escénico: usando la pasarela en todo momento para acercarse al público, rodando por el suelo, y cambiando de vestuario (y de micrófono) para las diferentes canciones
No obstante, el show se baso en Eat me, drink me y su trágica temática, también hubo lugar para los clásicos: una furiosa versión de Disposable teens, el medley Sweet dreams/Lunchbox, Fight song y mObscene. Luego de algo mas de una hora show llegó el bis (el esperado The beautiful people) dejándonos a todos satisfechos aunque con un mínimo gusto a poco.
Comentarios
pero tb me gusto el posteo, muy informativo
yo era feliz viendo a ciro en ese momento :)