BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE
(EE.UU., 2005)
Escrita y dirigida por George Clooney, con David Strathairn, George Clooney, Robert Downey Jr., Jeff Daniels, Patricia Clarkson y Frank Langella.

George Clooney: actor carismático, sex-symbol masculino, estrella de cine. Lo tenía todo. Y un día se le ocurrió dirigir películas. ¿Lo qué? Sí, sí. Con guionista de moda (Charlie Kaufman) y padrino de moda (Steven Soderbergh), el actor de moda debutó como director con Confesiones de una Mente Peligrosa y sorprendió a todos con ideas visuales interesantes y una rigurosidad que suele estar ausente en las óperas primas. Era una película arriesgada estética y políticamente, que otorgaba el protagónico a un gran actor con poca popularidad (Sam Rockwell) y analizaba la televisión y la política americana con llamativa acidez.
Buenas Noches y Buena Suerte es a la vez una continuación y un cambio. Se trata nuevamente de una aguda mirada sobre los medios y el gobierno norteamericano, con un gran actor de segunda (David Strathairn) pero el tratamiento formal da un giro de 180 grados. Si Confesiones... (basada en la confesión literaria del creador de los Talk-Shows, Chuck Barris, que dijo haber sido asesino a sueldo de la CIA durante la Guerra Fría), con su tono irónico y burlón, se valía de colores fuertes, movimientos veloces y planos retorcidos, Buenas noches..., filmada en blanco y negro, con montaje calmo y planos íntimos, entrega un retrato cálido e intenso del equipo de producción del programa See It Now, conducido por Edward R. Murrow -hoy considerado LA imagen del periodismo independiente-, mientras arremeten contra la caza de brujas del senador republicano Joseph McCarthy.
Clooney es un autor. Se recibió de periodista y es una figura pública: sus dos films hablan sobre los medios de comunicación y sobre hombres famosos. Es un contestatario. Tiene una visión durísima de su país y sus dos largometrajes la exponen con total crudeza. Como actor conoce sus limites y los explota con inteligencia, pero como director demuestra que su rango aumenta a cada paso que da.
En Buenas Noches..., Clooney se permite construir el personaje de McCarthy solo a través de imágenes documentales, y el resultado es perfecto. Su cámara pone el acento en los rostros y los cuerpos para expresar sentimientos. Cuando baja línea sobre la actualidad política norteamericana, lo hace con sorprendente sutileza. Y tiene la sabiduría suficiente como para, con una sola imagen, contradecir incluso a sus heroicos protagonistas. Una publicidad de cigarrillos, deliberadamente ubicada en el momento oportuno (en la realidad fue emitida con posterioridad a la existencia del programa), le otorga a la película una lucidez por encima de la norma. Esta es una película seria, a diferencia de la anterior. Pero sobrevuela el mismo aire de autoconciencia. El Clooney actor encarna al productor y amigo de Murrow. En cada emisión del programa se ubica sentado en el suelo, junto a las piernas del conductor, tapado por un escritorio, y con una lapicera le da un golpecito en la rodilla cada vez que vuelven al aire. Es el grito de ¡Acción! del Clooney director, respaldando la postura intransigente de su heroico protagonista.

Comentarios

Anónimo dijo…
Rama! Ya q dentro de unas líneas una vez más voy a disentir contigo, empiezo primero por decirte algo bueno: tu blog era uno de los pocos que visitaba cada vez que tenía la estrellita amarilla al lado. “Ya nadie lee estas cosas” pusiste una vez, no era cierto, quedábamos un par de tarados… jeje. Generalmente no contestaba porque siempre escribías sobre películas que todavía no había visto.
En fin, acá voy: como buena estudiante de comunicación, a mí también me gustó Buenas noches y buena suerte. Coincido con tus críticas acerca del acierto de Clooney al ponerse a dirigir y dejar el protagónico para otro cuando él quizás no está a la altura de las circunstancias, y sobre todo, por la forma en que lo hizo.
Ahora llega la parte en la que hago algo que me encanta: discuto.
Al parecer uno de los mayores errores de Secretos en la Montaña es tocar un tema supuestamente tabú pero sin ofender a nadie, careciendo entonces de “la verdadera pasión transgresora que el tema elegido requería”. Ahora yo me pregunto: ¿No será parte de un proceso? ¿Quién dice que cada vez que hablemos de gays tiene que ofenderse alguien, o tenemos que hacerlo de una forma trasgresora?
En realidad lo q me pasó a mí es que justamente salí del cine aplaudiendo que se tratara de (me veo tentada a decir “nada más que”) una historia de amor. ¿Se entiende?
Hablé con gente que no le gustó porque le chocaba que hubiera una escena de sexo, o algunas de besos. Y discutía con ellos porque a mí me parecía que lo que había estaba en una buena medida. Pero ojo, no porque se trate de una historia entre gays, eh? Una película romántica entre un hombre y una mujer puede resultar aburrida y empalagosa, al margen de “repetida”, si tiene demasiado “amor en pantalla”.
Es verdad, en términos de fuerza dramática y personajes atormentados, bien podría haberse tratado de un hombre y una mujer y su conflicto podría haber sido –para ponerlo en términos novelezcos- haber descubierto que son hermanos. Pero no creo q eso haga q importe poco que la historia sea sobre un amor gay. Porq el hecho es que esos dos no son un hombre y una mujer, y que su conflicto no es que sean hermanos.
Por otra parte, tal como dijiste, las actuaciones de los protagonistas fueron excelentes, y eso hizo que para mí no resultara necesario que los protagonistas se dijeran “te amo” para que quede claro que eso era lo que sentían. Y otra cosa, ¿quién dice que si lo hubieran dicho hubieran ofendido a alguien?
Uffff, escribí mucho, lo sé, me emocioné y no me di cuenta hasta que llegué hasta acá, y ahora no voy a empezar a editarme… jaja, me da fiaca…
Un beso!!
Anónimo dijo…
Ana: ante todo mil gracias por tu fidelidad! Me alegra que te gustara Buenas Noches y Buena Suerte, y tu mirada sobre Secreto en la Montaña es muy interesante. Si yo difiero es porque creo que la pelicula de Ang Lee es pacata, canaliza un tema tabu dentro del subgenero "discriminacion" y exige tolerancia sin comprension. La palabra misma "tolerancia" ayuda a entender la busqueda de este film y de la cultura americana en general. Tolerar es aguantar. Soportar algo que no nos agrada. Ang Lee quiere esa tolerancia y por eso presenta una historia de amor gay de manera maniquea, rebuscandosela para no ofender a nadie (excepto algun amigo tuyo, por lo que me decis). Lo que requeria no era transgresion vacia, solo por el placer de ofender. Eso hacen Todd Solodonz (Felicidad, Storytelling y la no estrenada Palindroms) o Gaspar Noé (Irreversible, Solo contra todos) y los resultados son francamente desastrosos. El problema está en que Ang Lee aplique el recurso opuesto a ellos. Suprimir concientemente todo lo que pueda llegar a ofender y estructurar la historia de manera que se logre el mismo escamoteo de lo ofensivo, con el objetivo de expiar conciencias al por mayor. Y lo peor es que esta "liviandad" se traduce en su puesta en escena: prolija (a excepcion de la secuencia final en la que se reconstruye una muerte, de una torpeza absoluta) y sin riesgos esteticos. Lo de Ang Lee es el medio pelo. No busca la verdad, la profundidad ni la creatividad (exceptuando Hulk). Busca quedar bien con todo el mundo. En el camino quedaron todas las miradas complejas: la historia de amor (es una historia de discriminacion), la identidad gay, la mirada profunda sobre la norteamerica rural conservadora(a la que Lee describe con trazos gruesos), y una busqueda estetica interesante.
Bueno, por lo que veras yo tampoco me edito, jajja. No acordaremos en todas las pelis, pero compartimos el mismo entusiasmo por discutirlas! Segui escribiendo sin cortes!

Besos!

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