STONE TEMPLE PILOTS - "Stone Temple Pilots" (Rhino 2018) *** 1/2
Volver a despegar después de la tormenta
La lerneriana frase "volver a empezar" parece haber sido la consigna de los
testarudos hermanos Robert y Dean De Leo en 1997 tras la primera
pelea con el díscolo Scott Weiland (que
dejó como saldo el proyecto Talk Show). Lo mismo ocurrió en 2002 tras un nuevo conflicto, nuevamente antes de la llegada de Chester Bennington en
2013 y finalmente en 2015 cuando la
renuncia del Linkin Park dejó
vacante otra vez el micrófono.Y si bien las muertes de Weiland y Bennington (trágicas y dolorosas) dejaron en la banda la impronta de la tragedia, la continuidad de los Pilotos estuvo siempre asegurada: sólo faltaba encontrar al reemplazo indicado. Y el mismo llegó en la piel de Jeff Gutt, un participante del reality show “X Factor” que parece haber aprendido todos y cada una de las inflexiones de Weiland con el objetivo de ayudar a la banda en su intento de barajar y dar de nuevo.
“Middle of nowhere” el primer tema del auto titulado séptimo
disco del cuarteto, remite a Core el
potente debut de 1992 donde la banda intentaba, a pura tintura de pelo, escapar
de la comparación con Pearl Jam. Y
si bien “Guilty” uno de los cortes adelanto sigue la misma senda sonora, es el
tercer tema “Meadow” el que abre un resquicio de esperanza, con una melodía y
un groove que bien podrían haber estado en Tiny
Music … el tercer y más variado disco de la banda, con una interpretación
vocal de Gutt que, si bien no hace olvidar a Weiland, al menos otorga el
beneficio de la duda.
El resto de la placa baja en intensidad y navega entre
medios tiempos melódicos (“Just a Little Lie”), melancolía beatle (“Finest
Hour”), baladas (“The Art of Letting Go”), momentos acústicos (“Reds
& Blues”) y cierto aire de época que recuerda a No. 4 y Shangri-La Dee Da,
sobre todo en “Thought She´d be mine” que remite directamente al clásico “Sour
Girl”, eras cuyo estilo parece ser en el que los De Leo se sienten más cómodos
a la hora de la composición.
No muchas bandas tuvieron una tercera oportunidad exitosa de
volver a retomar su carrera tras la partida de su cantante (con Gary Cherone en Van Halen y Blaze Bayley
en Iron Maiden como fracasos más
concretos), aunque los dioses rockeros parecen haberle dado una nueva chance de
seguir adelante a los Pilotos del Templo de
Piedra, que, de no mediar derrumbes en el futuro, parecen tener nafta para
rato.
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