YNGWIE MALMSTEEN - “World On Fire” (King Records 2016) **

Desde principios del 2000 y tras una serie de malas decisiones artísticas, la carrera de Yngwie Malmsteen se fue desmoronando casi hasta limites irrisorios. El sueco que pretendia llevarse el mundo por delate a puro talento y altanería a principios de los 80, se fue convirtiendo en una diva insoportable que se iba quedando cada vez más solo echando a perder las últimas dos oportunidades en las que un cantante estuvo a la altura de su leyenda (Doogie White y Ripper Owens)

En su vigésimo disco de estudio, Malmsteen decide hacer todo prácticamente por su cuenta: además de los solos de guitarra, Yngwie se encarga de la programación de las baterías electrónicas (el punto más flojo del disco), los bajos, los arreglos y ¡las voces!

Desde el primer segundo de World on Fire (el tema) Malmsteen demuestra que, si bien no es un mal cantante (ya se había probado en ese puesto en trabajos anteriores) está a años luz de la calidad que requiera un artista de su trayectoria, Por más autotune que haya, el feeling, el caudal y el registro necesario para el metal neoclásico no pueden arreglarse en el estudio, y queda demostrado en los otros dos temas en los que el sueco pone la voz: Lost In Machine y Soldier.

Si a eso le sumamos una producción pobre, con un audio ni siquiera digno de  un artista que recién da sus primeros pasos, y una composición que ya hace tiempo se ha vuelto por demás repetitiva (los yeites de Abandon y No Rest for The Wicked  parecen haber sido escritos en piloto automático) World on Fire se posiciona entre lo más flojo del sueco en casi tres décadas de trayectoria, en un género que no suele dar revancha.

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