MOTORHEAD – Bad Magic (UDR 2015) ***
Tocala de nuevo, Lemmy
Inexorablemente el tiempo pasa y llegará un triste día en el que Lemmy nos confirme a todos que finalmente era mortal. Pero mientras tanto, la quebrada salud que lo obligó a cancelar shows en los últimos dos años parece quedar de lado cuando suena el primer acorde de Victory or Die y nos confirma la vuelta en buena forma del viejo, sucio, podrido y querido Motörhead.
Sin llegar al nivel compositivo del antecesor Aftershock, Bad Magic (el disco de estudio número 22 en la carrera del trío) suena poderoso, con Mikkey Dee dando cátedra desde la batería (escuchar su trabajo en Shoot Out all of Your Lights) y Phil Campbell sumándole feeling a sus solos. Afortunadamente, y al menos en el estudio Ian Fraser Kilmister sigue siendo Lemmy. A pesar de sus siete décadas bien vividas, su voz sigue sonando aguardentosa y su legendario Rickenbacker sigue marcando el pulso rockero de la banda que creó en 1975 luego de ser echado de los psicodélicos Hawkwind.
Aún cayendo en la obviedad de tracks como Fire Storm Hotel o The Devil, Bad Magic resulta 100% Motörhead en momentos como Thunder and Lightning, se pone emotivo en la melódica Till the End y sorprende en la versión del clásico Sympathy for the Devil de los Rolling Stones
Inexorablemente el tiempo pasa y llegará un triste día en el que Lemmy nos confirme a todos que finalmente era mortal. Pero mientras tanto, la quebrada salud que lo obligó a cancelar shows en los últimos dos años parece quedar de lado cuando suena el primer acorde de Victory or Die y nos confirma la vuelta en buena forma del viejo, sucio, podrido y querido Motörhead.
Sin llegar al nivel compositivo del antecesor Aftershock, Bad Magic (el disco de estudio número 22 en la carrera del trío) suena poderoso, con Mikkey Dee dando cátedra desde la batería (escuchar su trabajo en Shoot Out all of Your Lights) y Phil Campbell sumándole feeling a sus solos. Afortunadamente, y al menos en el estudio Ian Fraser Kilmister sigue siendo Lemmy. A pesar de sus siete décadas bien vividas, su voz sigue sonando aguardentosa y su legendario Rickenbacker sigue marcando el pulso rockero de la banda que creó en 1975 luego de ser echado de los psicodélicos Hawkwind.
Aún cayendo en la obviedad de tracks como Fire Storm Hotel o The Devil, Bad Magic resulta 100% Motörhead en momentos como Thunder and Lightning, se pone emotivo en la melódica Till the End y sorprende en la versión del clásico Sympathy for the Devil de los Rolling Stones
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