GHOST - "Prequelle" (Loma Vista 2018) **** 1/2

Con una propuesta con guiños indelebles a Kiss, Alice Cooper y Marilyn Manson, desde su surgimiento Ghost buscó el impacto a través de una imagen contundente, una idea conceptual shockeante y un sonido que partía de lo oscuro para volverse cada vez más accesible, pero no por eso complaciente, tal como lo demostró Melliora, su brillante trabajo del 2016. Y luego de la polémica en la que se vio envuelta su lider Tobias Forge tras ser desenmascarado por sus ex compañeros/empleados, el sueco demostró no vacilar y aprovecha para iniciar un nuevo capítulo en la saga de la banda, bajo el alias de Cardinal Copia.

El cuarto disco de Ghost da comienzo con "Ashes",una intro con aires góticos que sirve como antesala del primer corte y vídeo, "Rats" donde las guitarras se combinan de forma magistral con los teclados a la manera de bandas progresivas como Royal Hunt.
Pero sin embargo es en "Faith" donde se comienza a marcar el rumbo de Prequelle, con un sonido cuya intención está anclada en los 80s, sobre todo a nivel vocal. En la misma linea corre "See The Light", aunque su instrumentación mas pulida lo acerca al AOR, pero no desde un costado que realce el cliche, sino desde una reivindicación propia de bandas clásicas del estilo, a la manera de Night Flight Orchestra, el proyecto paralelo de reconocidos músicos de la escena metalera sueca que Forge parece haber estado escuchando con atención.

Otra sorpresa llega por el lado de los temas instrumentales, los cuales no funcionan como interludios, sino que cuentan con vuelo propio, tal como lo demuestra "Miasma" que hasta (¡HORROR!) incluye un solo de saxo en la vena de clásicos Aspen como Toto o Foreigner. Pero es en "Dance Macabre" donde todos los méritos del Ghost 2018 confluyen en el mejor tema del disco: un groove bailable (¡Hola Abba!), un estribillo digno de los Scorpions en su mejor época y una letra entre lo romántico y lo tétrico.

La segunda parte  de Prequelle tampoco defrauda, con "Pro Memoria" a la cabeza, donde Forge remite a Ian Anderson de Jethro Tull, aunque con una aureola gótica que le da al tema un sabor especial; seguido por "Witch image" y otra reminiscencia ochentosa, esta vez cercana a Survivor; además de la lograda suite instrumental "Helvetesfonter" y el cierre formal con la atmosférica"Life Eternal" y sus coros simil gregorianos, aunque los fanáticos pueden disfrutar de la edición deluxe que incluye versiones de "It's a Sin" de Pet Shop Boys y "Avalanche" de Leonard Cohen.

Forge logró reinventarse nuevamente, demostrando que es una de las mentes más lucidas del metal post 2000. Y con las influencias a flor de piel, por ahora, el truco sigue funcionando.

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