RICARDO IORIO - "Atesorando en los Cielos" (Dejesú 2015)
Más allá del controvertido personaje mediático, Ricardo Iorio le dio al
metal argentino un sonido con V8, una temática lírica con Hermética y una forma
de interpretar con Almafuerte
En Atesorando en los Cielos, su tercer disco como solista (tras las
versiones del rock argentino en Ayer deseo, hoy Realidad y el repaso tanguero de,
precisamente Tangos y Milongas) el inefable caudillo metalero vuelve en plan
solista con un trabajo en donde combina su pasión por el tango, el folklore, el
metal clásico y (oh sorpresa) el pop.
Con la colaboración de su compañero de Almafuerte Bin
Valencia en batería, el luthier Marcelo Bray en el bajo y los ocasionales
teclados de Joana Gieco (hija de León), Iorio plantea a Atesorando en los
Cielos como un disco armado codo a codo junto a la virtuosa guitarrista Carina
Alfie, a quien se encarga de presentar en Guitarrera, el track que abre la
placa: (“Como ayer fuera/ hoy es también/ está pulsando la guitarra una mujer/ de
San Nicolás (…) le estoy abriendo la
puerta del metal pesado”) en un tema que no se aleja del sonido del último Almafuerte.
A continuación llega la primera sorpresa: una melódica
versión de Preguntando lo que Todos Saben (Wondering what everyone knows
de Budgie, grupo de culto muy influyente en la carrera de Iorio) que lleva al
cantante hacia un costado sensible y melancólico que se hace más presente aún en la
ya célebre Quiero ser como usted, la particular interpretación de I don’t wanna
get Hurt del dúo sueco Roxette. Es tan fuerte la impronta de Iorio en esta
faceta que incluso lleva la oscuridad de You won’t change me de Black Sabbath a
ese ámbito.
Pero extrañamente, Atesorando... hace agua en su costado más pesado: la
nueva versión de Robó un Auto no aporta
demasiado al original que Iorio grabara junto a Hermética (con Claudio O’Connor
en voz) y que oficiara de apertura en el célebre Acido Argentino. Lo mismo
ocurre con Ideando la Fuga, de V8 que cuenta con la voz de Alberto
Zamarbide pero que dista mucho de acercarse a la clásica grabación de Un Paso Más en la Batalla.
Tras el aire folklórico de De mi Rumbear al Sur, se hace
evidente entonces que Iorio parece moverse más cómodamente en esta nueva etapa
en terrenos más melódicos, tal como la
power ballad Justo que te vas, lo más destacado junto a The Krochik (compuesto
junto con Miguel Krochik, un olvidado trovador del rock nacional).
Luego de un fragmento de otro tema de Hermética (la
introducción de Otro día para ser) el cierre llega con una versión instrumental
del tango Uno, para que Alfie se luzca e Iorio contemple desde afuera una obra
que, quizas lo represente mejor que el resto de su discografía reciente, pero
que no logra hacerle sombra artisticamente a su legado pasado.
Comentarios