Cine rockero: La Hache (Dirección: Nicanor Loreti) ***
De a poco el rock pesado vernáculo va ganando espacio dentro
de la cultura popular audiovisual. Primero con Ellos son, el documental sobre la historia de Los Violadores y ahora con
La Hache, del también periodista Nicanor Loreti, viejo fan de Hermética, quién se
dio el lujo de llevar la historia de su banda favorita a la pantalla grande.
De todos modos es necesario destacar que la negativa de
Ricardo Iorio a participar de la película juega muy en contra a la hora de
contar la historia de la banda que lo tuvo como líder absoluto. Si bien se
trata de minimizar su ausencia a través de los relatos de sus ex compañeros, es
notable el vacío provocado por la falta de testimonios del bajista. Situación a la que se
le suma el escaso material de archivo de la banda en vivo que se intentan
suplir con imágenes mas actuales de shows de O´Connor
y el proyecto solista del Tano Romano; que si bien son destacables a nivel artístico, distan mucho de
cumplir el objetivo histórico necesario en un documental de éstas características
Es lógico entonces que ante la falta de material de
archivo audiovisual, Loreti se haya concentrado en los testimonios. Así es como pasan
desde fans y plomos, hasta periodistas y músicos (se destaca la presencia de
Lemmy recordando el show de Hermética como teloneros de Motorhead en 1992) que
se encargan de recordar las vivencias junto al grupo con un sinfín de anécdotas,
las cuales en algunos momentos funcionan (excelente la descripción del contexto
socioeconómico de fines de los 80 en el cual se formó la banda, a cargo de Norberto Ruso Verea) y en otros abundan en
detalles innecesarios.
La película plantea dos interrogantes que siguen flotando en
el ambiente pesado local a más de 20 años de la
separación de la banda: ¿Qué hubiese pasado si seguían juntos?; ¿cuál fue el
motivo de la separación?
La primera pregunta, a pesar del esfuerzo resulta imposible de contestar, aunque la segunda queda respondida leyendo entrelineas las declaraciones de los músicos que acompañaron a Iorio en la última etapa del grupo.
La primera pregunta, a pesar del esfuerzo resulta imposible de contestar, aunque la segunda queda respondida leyendo entrelineas las declaraciones de los músicos que acompañaron a Iorio en la última etapa del grupo.
Si lo importante era plasmar la influencia de uno de los mitos
más importantes del rock nacional, el objetivo está cumplido. Aunque las ya
mencionadas ausencias, algunos errores
de ortografía en los epígrafes y cierto tono demasiado coloquial en los textos que ofician como introducción a cada segmento, le resten algunos puntos al resultado final.
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