RICHIE KOTZEN - Teatro Vorterix 17/06/2012 ****
Reconocido a nivel mundial por su breve paso por Poison (1991/1993) y Mr Big (1999/2001), el guitarrista norteamericano
Richie Kotzen, a pesar de sus jóvenes 42 años, tiene una prodigiosa carrera en
solitario que abarca más de dos décadas y 14 discos, aunque para algunos siga siendo todavía un secreto bien guardado
Con los
locales Tómalo (con muchas influencias de Kiss, de quienes hicieron el clásico
Lick it up) y Killertrip (con ex miembros
de Zero y Alakran) a cargo de la responsabilidad de entretener al público, minutos
pasadas las 21, Kotzen, vestido íntegramente de negro, hizo su aparición en
escena ante un Teatro Vorterix con una respetable cantidad de asistentes y un
escenario pelado, al frente de su power trío para una nueva presentación en
Buenos Aires.
Con un
comienzo tibio con el medio tiempo Bad situation, de su flamante lanzamiento 24 hours, Kotzen rápidamente logró
conectar con la audiencia, no tanto en base al intercambio de palabras (más que
los saludos y las presentaciones de rigor) sino a través del feeling de sus
solos y su cada vez más elaborado registro vocal, complemento necesario para redondear
una propuesta que, a pesar de contar con numerosas influencias, logra plasmar
un sonido original y agradable, con mucho de artistas como Robben Ford o Joe Bonamassa.
El melódico
Shine, el más grande éxito de su paso por Mr Big, fue el primer punto fuerte de
la noche, con un estribillo impagable y una importante conexión de Kotzen con
su banda de acompañamiento (el bajista Dylan Wilson y el baterista Mike Bennett ) que le dio paso
a una revisión de su carrera en solitario, que incluyó temas como Fooled again,
Peace sign y Doing what the devil says to do.
Se hace difícil
definir musicalmente a Kotzen principalmente por su eclecticismo. Con un pie en el blues, otro
en el hard rock, más un innegable espíritu funk (Sly & The Family Stone es una de sus
más importantes influencias), el guitarrista se desliza con mucha comodidad por
los diferentes géneros, aunque respetando siempre el formato canción, con
interesantes estribillos y buenas melodías que se incorporan al oído inmediatamente.
Una re adaptada versión de Stand (único registro de la noche de su paso por la banda de Bret
Michaels) dio paso a la ultima parte del show, que terminó con una incendiaria versión
de Paying dues, antes de los obligados bises Remember y Go faster, para cerrar una velada
muy disfrutable que nos dejó con ganas de más.
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