Actitud
Llegamos al estadio mientras sonaba el dulzón reggae de Riddim y las banderas con los colores jamaiquinos flameaban bajo el sol presagiando una hermosa tarde para disfrutar de buena
música.
A continuación y con pinta de recién despierto
y un sonido intenso salio a escena Duff Mc Kagan junto a su banda Loaded. El ex bajista de Guns N' Roses (ahora en su rol de guitarrista y cantante) se presentó en buena forma y se llevó los primeros aplausos con su mezcla de hard rock y punk, que se convertiría en ovación cuando comenzaron a sonar los clásicos gunners que todos esperaban: So fine, Dust N’ Bones e It’s so easy más los covers de Attitude (Misfits) y New rose (The Damned)
Dando vueltas
Mientras los rosarinos de Cielo Razzo se apoderaban del escenario principal con su rock con reminiscencias a Los Piojos decidimos salir a recorrer el predio en busca de diversas emociones en el Escenario Isla. Ahí pudimos apreciar a los paraguayos de Paico con su mezcla de rock con ínfulas folclóricas y el ambicioso nuevo proyecto del guitarrista Anel Paz (El General Paz y la Triple Frontera) con temas a medio camino entre Santana y Kevin Johanssen.El sol empezaba a caer y Nonpalidece, una de las bandas con mayor proyección dentro de la escena reggae local se hacia presente en el escenario Claro con todos sus hits y un sonido limpio que le viene muy bien a la estética y la propuesta de la banda que se despidió con ¿Para donde corrés? ante una cerrada ovación.
Negra es mi alma, negro mi corazón
Si tan solo uno de los 30 pibitos de 15 años con la remera de La Vela Puerca que hicieron pogo desenfrenado durante la performance de Living Colour llegó a su casa y bajo Vivid o Time’s up del emule podríamos considerarlo como una misión cumplida. Es que para cierto público acostumbrado a la chatura de algunas de las bandas locales que rotan permanentemente en la radio, disfrutar aunque sea de 60 minutos de la banda de Vernon Reid debe haber sido una experiencia cercana a lo paranormal.
Mucho se ha dicho sobre lo bajo del sonido y los benditos 95 decibeles como máximo permitidos por disposición municipal, y si bien es cierto, Living Colour juega tan de memoria que todas las dificultades que lleva presentarse en un festival de estas características (público de diversas bandas, sonido bajo y disperso, poco tiempo de show) no parecen afectar en lo mas mínimo su desempeño. Ya desde el comienzo con Middle man la banda demostró estar pasando por un gran momento. Suenan ajustadísimos hasta el mínimo detalle, descontracturados y frescos, además de ser cuatro monstruos en cuanto a lo instrumental: Corey Glover con sus diversas vocalizaciones que van desde el falsete hasta los berridos mostrando también una gran influencia de los vocalistas de funk y hip hop; Will Calhoun, el verdadero motor de la banda aunque (por lo corto del set) no brindó muchas muestras de su virtuosismo; Vernon Reid desplegando en cada solo una impresionante catarata de recursos y Doug Wimbish dando cátedra sobre thumbing y slapping en el bajo.
Después de clásicos como Time’s up, Glamour boys, una impresionante versión de Elvis is dead (con Glover gritando “Elvis está muerto” como un desquiciado) y algunos tracks de su flamante disco The chair in the doorway llegó el final con Cult of personality que nos dejo pensando en la mala suerte de la próxima banda en el cartel que tenia que tocar después de semejante demostración
Quisiera que esto (no) dure para siempre
Ya el cansancio del publico se hacia notar cuando Los Ratones Paranoicos con su formación original (con el retornado Pablo Memi en el
bajo) mas un tecladista y un armoniquista invitado, subieron a escena con Sacrificio japonés de su nuevo disco. La banda de Juanse si bien cuenta con el oficio suficiente para hacerle frente a un festival, logró convencer solamente a los más acérrimos. Se destacó algún momento medianamente interesante como La nave o Girando, pero el show abundó en largas y aburridas zapadas muy básicas y en viejos y enmohecidos hits de antaño (Vicio, Rock del gato y Rock del pedazo a la cabeza) que hacían que miráramos el reloj constantemente. Una Pomeleada de Juanse sobre el fina,l tratando de treparse por la torre de sonido (solo le faltaba gritar "rockanrroleennen") no hizo más que opacar un ya de por sí deslucido concierto.
Salir a asustar (pero bien despacito)
La presencia de la aplanadora del rock ya se ha convertido en una sana costumbre en los festivales aunque cierta sensación de monotonía difícil se remontar parece acompañarlos. Si bien a nivel instrumental su desempeño es intachable, el set list pide ya mismo nuevas incorporaciones de su eternamente demorado disco de estudio.
Ya desde el comienzo con Cajita musical, el bajo sonido fue una constante que hizo que Mollo perdiera la paciencia un par de veces y reclame mayor volumen al sonidista. Elefantes en Europa, Salir a asustar y el Sucio y desprolijo de Pappo demostraron lo bien que sigue sonando el trío con un Arnedo insuperable, un Mollo suelto y enchufado y un Catriel que de a poco le va dando su propio color a los temas, dejando atrás el vacío provocado por la ida de Jorge Araujo.
Las reclamadas sorpresas se hicieron presente en cuentagotas, primero con Todos, una balada dedicada a los muertos en la tragedia del Colegio Ecos (con video clip ad hoc) y con un set folclórico acústico que incluyo músicos de la talla de Peteco Carabajal en violín.
Luego de La rubia tarada incluida dentro de ¿Qué tal? llegó el bloque final con Sobrio a las piñas, Cielito lindo y Paraguay para los fanáticos del pogo, cerrando con el clásico Aladelta, coreado por todo el estadio
Podés descargarte el audio del show acá
La jornada la cerró La Vela Puerca, show que no pudimos presenciar.
Mirá (y tratá de escuchar si podés) la fuerza de Living Colour con Cult of personality
Ale "Culto a la personalidad" Do Carmo
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