Sin Lugar para los Débiles (Joel y Ethan Coen): en el Oeste actual, un hombre encuentra una bolsa de dinero junta a varios muertos en lo que parece ser una transacción de heroína por billetes que no llego a un acuerdo cordial. Así comienza una cacería con un gato y varios ratones. El gato es Javier Bardem, interpretando a un temible asesino que debe recuperar el dinero robado por el protagonista. Su perfil amoral, rendido al azar y a la violencia, lo transforma en la encarnación del mal metafísico. Les siguen los pasos un Sheriff (Tommy Lee Jones), otro hombre (Woody Harrelson) que parece conocer al asesino y ser el único capaz de detenerlo, y una banda de mexicanos aparentemente peligrosos. Mientras tanto, se cruzan el Western, el Policial y el Fantástico. El sheriff reflexiona sobre la violencia en EE.UU. y sobre su propia inutilidad y, en consecuencia, su pronta desaparición. Dios y el Azar pelean por el gobierno del mundo, y la duda metafísica siembra su semilla en nuestro interior. Los Coen hilvanan todo con sorprendente recato y maestría. Elijen saltearse las mejores escenas de acción y el destino del protagonista. Disminuyen casi completamente su cancherismo burlón y -¡milagro!- no se dedican a mofarse de sus personajes. Evidentemente a estos muchachos les hacía falta una historia de otro, en este caso un novelista prestigioso. A menos que sigan por la misma senda, este parece ser el techo de los hermanos Coen, su mejor película por lejos. Un film arraigado en los géneros que avanza a fuerza de modernidad. Por primera vez son capaces de orientar su vocación de provocadores hacia la narración, en lugar de ponerse por encima de sus personajes y del mundo. Claro que verlos agradeciendo los Oscars con desgano y pose de chicos malos nos deja dudas sobre su madurez como personas, pero tal vez hayan crecido como autores.

Comentarios

ovalado dijo…
me gustó pero no creo que sea la mejor de los coen.
Darío dijo…
Me gustó, el personaje del cazador es sublime. Poco mencionado.
yo dijo…
"Disminuyen casi completamente su cancherismo burlón y -¡milagro!- no se dedican a mofarse de sus personajes". Creo que en el caso de Fargo justamente los toques de cierto humor y los errores de los personajes era lo que le daba un poco de realismo al asunto....
Tal vez sea la diferencia entre una novela y una historia basada en hechos reales, no?
Saludos!:)
Villa dijo…
Es una observación interesante. A mí me parece que el humor de los Coen nunca fue realista -sí tal vez los errores a los que referis-, ya que satirizaba a los personajes. La mirada altiva de los directores para con ellos, provocaba una distancia que no permitía la identificación del espectador, pero no con el objetivo de generar un punto de vista "realista", sino para parodiar los géneros. El problema era que la burla sobre estos personajes -que por lo general representaban al norteamericano medio, no a las figuras de poder- ubicaba a los directores, y por ende al espectador, muy por encima de los protagonistas. Como si todos fueran idiotas menos ellos. En Sin Lugar Para Los Débiles, la relectura sobre los géneros gana en oscuridad, en pesimismo, pero también en fuerza dramática, al permitirnos la identificación con los protagonistas, aunque la mirada de los Coen siga estando muy alejada del realismo. SLPD tiene un tono seco, desolador, que juega permanentemente con nuestras expectativas, pero de manera mucho más sutil y audaz que en su filmografía previa. Se acerca más al fantástico en su retrato de un asesino completamente deshumanizado. Y nos mete de lleno en el horror de la incertidumbre y la falta de moral.

Saludos!
yo dijo…
sin duda son muy diferentes...
gracias por la respuesta :)
Saludos!

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