VIVIENDO CON MI EX
(The Break-Up, U.S.A., 105 min.)
Director: Peyton Reed.
Historia, Producción y Rol Protagónico: Vince Vaughn
Elenco: Jennifer Aniston, Joey Lauren Adams, Judy Davis
y Vincent D´Onofrio.
Most of the time It's well understood,
(La mayor parte del tiempo es bien entendido)
Most of the time I wouldn't change it if I could,
(La mayor parte del tiempo no lo cambiaría aunque pudiese)
(…)
I don't cheat on myself, I don't run and hide,
(no me engaño a mí mismo, no corro a esconderme)
Hide from the feelings that are buried inside.
(Esconderme de los sentimientos enterrados dentro mío)
I don't compromised and I don't pretend,
(No transo, y no finjo)
I don't even care if I ever see her again
(Ni siquiera me importa si la vuelvo a ver)
Most of the time.
(La mayor parte del tiempo)
(Bob Dylan, 1989)
Personalmente, hubiera terminado esta película con Most of the Time, de Bob Dylan, sonando sobre los títulos finales. Hay algo de esa mirada melancólica que atraviesa la película que le imprime una inusual amargura tratándose de una comedia romántica con Jennifer Anniston encabezando el reparto.
El tema de Dylan es una enumeración afirmativa de todo aquel comportamiento del que el autor (y cualquier persona que lo este escuchando) puede enorgullecerse como ser humano a lo largo de su vida. Parece un reflexivo autoanálisis que exuda dignidad. La genialidad de la canción está en la frase del título, que se pronuncia dos veces en cada estrofa y es la única que se repite. Cuando Dylan la entona por segunda vez, suena como un amargo lamento. “La mayor parte del tiempo”, por obra y gracia de esa reiteración distintiva, deja entrever esa “menor parte del tiempo” en la que todo lo que se menciona en la letra requiere un tácito NO precedente. Sutilmente, la canción deja la sensación de que en realidad trata sobre esa “menor parte del tiempo” en la que se toman todos los caminos equivocados.
Viviendo con mi Ex (The Break-Up, mucho más lógico título que significa sencillamente “La Ruptura”) comienza con un prólogo que repasa los mejores momentos de la pareja protagónica, y a partir de ahí comienza a narrar su progresiva desintegración. Brooke espera que él se ocupe más de ella. Gary desearía más comprensión para con él. Una discusión hogareña en la cual ninguno de los dos da el brazo a torcer inicia lo que la película va a narrar la mayor parte del tiempo. Una competencia de celos (convenientemente infantil y absurda por tratarse de una comedia) que sólo evidencia que estas dos personas se necesitan tanto que no pueden admitirlo. Pero la virtud de la película está en los márgenes dramáticos, esos que retratan con realismo la dificultad de la comunicación bajo las reglas de la convivencia en pareja. Esos momentos en los que uno de los dos cruza la línea y deja una herida importante en el corazón del otro. Esas son las acciones que hacen avanzar el relato, y por eso Viviendo con mi ex es una de las comedias mas oscuras de los últimos años, destinada a ubicarse en ese novedoso grupo de comedias tristes que supo impulsar Wes Anderson (Bottle Rocket, Tres es Multidud, Los Excéntricos Tenenbaum) con mejores resultados. Aquí el director es Peyton Reed, del que ya podemos afirmar que puede hacerse cargo de cualquier tipo de comedia (la teenage comedy sobre porritas Triunfo Robado, el exquisito homenaje al cine clásico Abajo el Amor) y salir siempre bien parado.
Si Viviendo con mi ex no alcanza a ser una gran película tal vez deba atribuirse a un guión con altibajos, que deja algunos personajes secundarios en la caricatura y pifia algunos gags fundamentales, desaprovechando un poco la comicidad de Vince Vaughn, que es un tapado entre los grandes comediantes del momento (al menos en Argentina) y aquí demuestra que es capaz de hacernos reír y cambiar el registro con credibilidad hacia un tono trágico, en una misma escena. Tampoco ayuda la poca ductilidad de la protagonista de Friends, que no siempre acierta el tono. Pero para compensar los altibajos, tiene un final excelente, intransigente, que con agridulce sensibilidad logra captar toda la mirada de la película, con precisión y profundidad.
El cine es síntesis, y en esa ultima escena, Viviendo con mi ex expone ese sentimiento que Bob Dylan le imprimía a su canción. La mayor parte del tiempo, los protagonistas no tendrán nada de lo que arrepentirse. La mayor parte del tiempo...
Comentarios
si la veo dsp t cuento qme parecio... por lo pronto, solo paso a saludar.. besotes! byebye
Alguien juntó a Dylan... y a esta película.. me encantó!
besos