ENTREVISTAS: ROLANDO CASTELLO Y EL HOMENAJE A AEROBLUS: «ESE DISCO ES UNA OBRA CUMBRE EN NUESTRAS CARRERAS»

“Boludo”, “pendejo”, “laburo”, «gamba», «milanga»… la verba con marcado acento brasilero mezclado con lunfardo porteño convierte a Rolando Castello Junior en un personaje querible y candidato al brazuca más argento del rock latinoamericano. Y méritos no le faltan: fiel baluarte de los tambores en el único ópus de estudio de Aeroblus, ese power trío completado nada menos que por Alejandro Medina y el recordado Pappo, Rolando sorprendió a propios y extraños hace casi medio siglo con un estilo que combinaba una potencia feroz, con arreglos sutiles y precisos a toda velocidad. A punto de presentar un homenaje a Aeroblus el próximo 19 de abril en Uniclub, nos contactamos vía Zoom con Rolando para ir a buscar la luz de los detalles del único disco grabado por la banda, y empaparnos de sus vivencias en la casa de los Napolitano, en los terribles años de plomo de la última dictadura militar.

Hace tiempo que no te tenemos por Argentina. ¿Qué nos podés contar del homenaje a Aeroblus que vas a estar haciendo en Uniclub?

Hace cuatro años que no voy para allá a hacer un recital, desde antes de la pandemia. Tardé mucho en volver a tocar después de eso. Asi que ahora surgió la posibilidad de hacer este show en donde estaremos tocando los temas de Aeroblus con invitados y amigos como el Conejo Jolivet a quien conozco desde 1977, lo mismo que Botafogo, También van a estar (el periodista y músico) Claudio Kleiman, JB Larralde (Sauron), Zelmar Garín (Gualicho Turbio),  Max Álvarez (Ambassador) Alejandro Taranto, con quien estuve grabando un material que todavía no salió (bajo el nombre Castelo, Fargo, Taranto). Es algo que no acostumbro a hacer, me parece un poco raro, porque no está Norberto y no va a estar tampoco Medina, por eso va a ser una ocasión especial porque es importante que las canciones se sigan tocando.

La historia, no por poco conocida deja de ser interesante. En una de sus tantas escapadas al exterior, a mediados de los 70 Pappo termina en Brasil armando un power trio con un viejo conocido, el ex Manal Alejandro Medina y un por entonces ignoto baterista brasilero. “Yo toco desde 1966, pero tardé unos dos años en tocar de verdad, Y ahí me fui a vivir a México, por eso digo que mi escuela de batería fue en Brasil y mi universidad fue México” recuerda Rolando. “Y me enganché en una banda que tenía cierto renombre mientras estudiaba dibujo artístico. Y en la escuela vi una banda que me encantó que se llamaba Three Souls In My Mind que después desembocó en El Tri, la banda de Alex Lora que sonaba impresionante. Y tuve suerte que un amigo de mi escuela era amigo de Alex y me invitó a conocerlo. A partir de ahí iba todos los días a los ensayos de El Tri y en algún momento, el baterista tuvo un accidente de moto y entonces tuve el honor de tocar un par de recitales con ellos.

“Después de eso volvií a Brasil con una batería buena que en ese entonces era un plus, porque no había buenos equipos” continua Rolando. “Entonces me enganché en una banda llamada Made In Brasil. Con ellos hicimos muchísimos recitales y en uno apareció una chica y empezamos a charlar de rock argentino. Yo ya conocía a La Pesada, Crucis, invisible… pero ella conocía mucho más que yo. Y después de un tiempo fuimos a hacer un recital en Río de Janeiro y la chica apareció de vuelta, salimos a tomar una copa y me dice: “sabes que a este bar siempre viene Alejandro Medina” Y por suerte al rato apareció El Negro en el bar, me lo presentó, y hablamos unos minutos. Pasaron unos meses y Alejandro se fue a vivir a San Pablo y ahí nos veíamos más seguido. Hasta que un día, ya en 1976 viene a mi casa y me dice: “Estoy con Pappo en una finca, ¿podes venir a probar sonido con nosotros?” Yo al principio no le creí pero igual le dije que sí.

¿Vos ya habías escuchado sus discos?

Cuando volví a Brasil de México me enganché un laburo en un teatro de revistas, y una de las vedettes me recomendó escuchar Pappo’s Blues y me presta el “Vol 3”. Cuando pongo la púa y escuché “Stratocaster Boogie”… ¡me volvi loco! Y a Medina lo conocía del disco de La Oreja de Billy Bond (N: el «Volumen 1» de La Pesada) con el tema “La Maldita Maquina de Matar”. ¿Era fan de los dos! Entonces cuando tuve la invitación no lo podía creer, y mucho menos que estén en una finca cerca de San Pablo.

Por las fotos que circulan parecía un lugar alucinante esa finca

Era de un tipo que tenía mucha plata, parecía una finca cinematográfica… pero de una película de terror. Y ahí estaban Norberto y Alejandro ese primerdía que fui y llevé la batería. La armamos, comenzamos a tocar, todo sonó bien y ahí nomás empezó Aeroblus. Tengo una cinta de ese ensayo

¿Cómo fue acoplarse a esas dos personalidades?

Fue fácil porque la música habla más que cualquier otra cosa. Podés tener una quimica inmediata con los otros músicos o no tenerla nunca. Eso ocurrió con nosotros desde el primer tema que tocamos.

En el disco, hay mucho espíritu de zapada pero con un sonido muy limpio y prolijo. ¿Cómo lograron eso?

¡Mucho ensayo! Suena como una zapada, pero está todo absolutamente ensayado. Una cosa interesante es que muchos de los solos que están en el disco son de primera toma, los pocos temas en donde hay una viola rítmica, fue colocada después.

AEROBLUS EN MOVIMIENTO

A pesar de que el proyecto se armó en Brasil, la intención de Pappo y Medina fue siempre desarrollarlo en Buenos Aires. “Primero empezamos acá en Brasil a armar algunos temas, y un par de meses después retomamos, ya en la casa de Pappo en La Paternal, los ensayos todos los días» Y esa mítica casa de la calle Artigas sería, como tantas otras veces, fundamental en los proyectos del Carpo, aunque el contexto no haya sido el ideal

“Era mi primera vez en Buenos Aires y tenía miedo de ir porque las noticias que salían acá en Brasil eran horribles” recuerda Rolando todavía con temor en sus ojos. “Te confieso que tenía miedo de ir y mi miedo no era infundado porque cuando llegué al aeropuerto de Ezeiza, no dejaban entrar a más que dos personas para recibirte: Pappo y el que vendría a ser mi plomo, Darío Fernández; y luego que baje del avión ya estaba lleno de soldados… un desastre”.

¿Y ahí ya te instalaste en la casa de la familia Napolitano?

Exactamente, yo fui parte de la familia sin distinciones, me adoptaron. ¡Dormíamos juntos con Norberto en la misma habitación! Estuve con Pappo todos los días en un ambiente familiar muy lindo. Incluso pasé la Navidad del 76 con ellos y mi vieja que habia venido a visitarme.

A pesar de lo difícil de la situación, las cosas fluirían con velocidad, aunque con algunos contratiempos, como un debut en vivo en el Teatro Premier, poco apreciado por la prensa de la época, que Rolando recuerda con sorna: “En ese momento no hubo una buena difusión del disco. A Pelo y a El Expreso Imaginario no les gustó ese tipo de sonido, que era hard rock, salvo “Sofisticuatro” que era algo más jazzero, porque con Norberto estábamos escuchando bastante jazz rock, cosas como Return To Forever o el material de Jeff Beck. En EEUU y Europa siempre convivieron juntos todos los las vertientes de la música, pero como nosotros somos unos boludos, siempre nos llamaron “cuadrados de mierda”. ¡Una boludez! ¿Dónde están esos críticos ahora? Sin embargo seguimos hablando de Aeroblus 50 años después»

El sonido y el estilo de música de Aeroblus no tenía mucho que ver con lo que se estaba escuchando en Argentina en ese momento, ¿cómo recordás la repercusión del disco?

Lo que pasa es que, como tardó tanto en salir el disco, yo ya me había vuelto a Brasil. Como te conté, estaba viviendo en lo de Pappo y en un momento él se casó, entonces aproveché que se fue de luna de miel y me vine acá a Brasil y me traje la batería Y una semana después me invitaron a tocar en Patrulha do Espaço con Arnaldo Baptista, que es como si te invitase a tocar Charly Garcia. Y el disco seguía sin salir, recién lo recibí meses después por otro argentino que me lo trajo por pedido de Medina

¿Después ya no pudiste volver?

Lo que pasó es que en Argentina siguió la represión, siguió la pálida, las muertes, los secuestros, las desapariciones. En Brasil también había dictadura, pero en Argentina me hinchaban las bolas por el pelo largo, tenía que disfrazarme para salir a la calle, ¡no podías ni fumar porro! Además estaba la invitación para tocar con Patrulha y eso hizo que no me dieran ganas de volver. No fue nada relacionado ni a Pappo ni a Alejandro, ni mucho menos a la música, que era tan increíblemente buena.

EL QUE ABLANDE LA MILANGA NO MANEJA LA PATRULHA

Los caminos de Rolando y Pappo se volverían a cruzar, ya en los 80, para un nuevo proyecto: Patrulha 85, cuyo material sería editado en Argentina recién en 1990 bajo el curioso nombre de “Pappo El Riff”, y que empezó también de manera curiosa. “A través de la discográfica de mi banda me presentan a un argentino que me dice que estaba con Pappo en Rio, y me invitó a irme con ellos, porque existía la imposibilidad de tocar en el primer Rock In Rio” recuerda Rolando. “Pero yo conocía muy bien cómo funcionaba el show business en Brasil y sabía que lo que decía ese pseudo manager no iba a pasar nunca. Asi que le ofrecí a Pappo venir a San Pablo y empezar a tocar”

Y ahí forman otra banda…

Sumamos a Sergio (N: Santana) el bajista que tocaba con Patrulha, y armamos esos temas: “Ojo Animal”, “Dios Devorador”… aunque no tenían esos nombres todavía. Grabamos todo muy rápido, y después Pappo volvió a Argentina, yo firmé contrato con mi banda Inox y me olvidé de ese disco, que acabó saliendo como “Patrulha 85”, asi que nunca tocamos esas canciones. Hace poco salió una edición limitada con material de ese disco, una mezcla cruda pero en inglés con las letras originales de un casete que tenía guardado y le agregaron un temita que tocamos en el 94 con Pappo acá en Brasil. Pudimos rescatar la memoria y preservarlo. No muchos saben que Norberto se hizo un nombre acá en Brasil gracias a esos temas en los que tuve la suerte de participar. “Ojo Animal” se convirtió en un hit, ¡lo seguimos tocando hasta el día de hoy!

Pappo, Rolando y Sergio Santana en uno de los pocos registros de «Patrulha 85»

Hablando de rescatar la memoria hace poco se editó un disco con los ensayos de Aeroblus que suena espectacular…

¡Me encanta ese disco! Eran mezclas crudas que yo guardé durante 40 y pico de años: tuve cuatro casamientos, me mudé de ciudad, perdí un montón de cosas, pero esas cintas nunca las perdí porque a Aeroblus le tengo mucho cariño, mucho amor y mucho respeto. Esa cinta tiene versiones distintas y canciones que no entraron en el disco, Luché mucho para sacarlo porque era una deuda, que yo sentía que tenía con los verdaderos fans de Aeroblus, que nunca pudieron vernos en vivo.

La última: ¿por qué pensás que casi 50 años después, Aeroblus sigue siendo tan importante para el rock latinoamericano.

Por un motivo muy simple: la música. Porque sin dudas es una obra cumbre de nuestras carreras, por el momento de mierda en el que se hizo, y por las canciones, pero principalmente por la ejecución de los instrumentos, porque realmente tocamos muy bien en ese disco. Cuando me vaya de acá sé que me van a seguir escuchando, pero eso si: ¡No ablanden la milanga! (sic)

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