CINE: "Bohemian Rhapsody " (2018)

Dios salve a la Reina. Que el cine salve al Rey
En tiempos de escasas ventas en formato físico y poco rédito en el ámbito del streaming, las bandas clásicas solo tienen una manera de seguir alimentando la leyenda y engrosando la cuenta bancaria: las biografías, tanto en formato literario como cinematográfico, y ambas sin ninguna chance de error, ya que no dan lugar a segundas oportunidades.

La idea de una película centrada en la historia de Freddie Mercury junto a Queen surgió en 2010 y fue mutando de forma tras varios cambios de director y protagonista hasta consolidar a Bryan Singer detrás de cámara (quien fuera despedido semanas antes de terminar el rodaje y reemplazado por Dexter Fletcher) y a Rami Malek como personaje principal, quienes tuvieron que lidiar con la controversia previa y cumplir con las altas expectativas creadas.

Coproducida por el manager de Queen Jim Beach y con el visto bueno de Brian May y Roger Taylor (y el perpetuo silencio de John Deacon) quienes oficiaron como consultores, Bohemian Rhapsody, ya desde los primeros minutos, deja en clara su intención: mostrar a un Mercury ATP, sin caer en golpes bajos ni enfocarse en los excesos, lo cual lejos está de cumplir con las expectativas de los fanáticos acérrimos, que probablemente se rasguen las vestiduras por los gruesos errores históricos puestos adrede en el film.

Casi nada se cuenta del Farrokh Bulsara pre Queen, ni del largo trayecto que le llevo al cuarteto poder consagrarse, ni de la agonía previa a su muerte. Las relaciones amorosas de Freddie (tanto con Mary Austin, como con Jim Hutton) están contadas a medias y de manera bastante naif, lo mismo que el conflicto que tuvo con su familia al decidir llevar adelante un estilo de vida alejado de los estándares de la cultura parsi y la religión zoroastriana que profesaban. El modo de vida sexo droga y rock and roll del cantante queda inferido timidamente pero no profundizado, como si ese Freddie tan extrovertido en el escenario, tuviese una faceta oculta para el público que lo observa en la pantalla grande sin poder acceder a su intimidad
De todos modos hay dos elementos que hacen que Bohemian … sea una experiencia disfrutable: en primer lugar la música, ya que al contar con los derechos originales de las canciones (un punto flojo en películas de este tipo) las escenas rebosan de clásicos (e incluso alguna sorpresa) que empujan al film hacia adelante

El otro punto fuerte definitivamente es Rami Malek. El actor de ascendencia egipcia evita los cliches y la literalidad de la imitación y se enfoca en los gestos, logrando (sobre todo en la etapa ochentosa de mostacho y night club) un acercamiento casi hipnótico, que hace que se olviden algunos puntos flojos de guion y esa mirada a mitad de camino de la vida de Freddie que el equipo creativo decidió tomar.
Con momentos disfrutables como la participación de Mike Myers y su guiño a “Wayne’s World”, los pequeños toques de humor y sobre todo el clímax con la excelente recreación de la mítica performance de la banda en el Live Aid, esta rapsodia bohemia pretende que recordemos la versión pulcra de Freddie y, aun con altibajos, cumple con el objetivo de mantener la corona y el cetro a resguardo.

BONUS TRACK - El soundtrack
QUEEN – “Bohemian Rhapsody: The Original Soundtrack” (Hollywood/Virgin EMI 2018) 

A priori, el espectador desprevenido podría pensar que la banda de sonido de Bohemian Rhapsody es una de las tanta recopilaciones de grandes éxitos del cuarteto inglés. Pero las sorpresas arrancan desde el mismísimo inicio con la mítica Fanfarria de la 20th Century Fox, pero interpretada por la guitarra de Brian May en una simpática invitación a degustar este nuevo lanzamiento.

Y si bien los obvios grandes éxitos en su versión original están presentes,(desde clásicos de los setentas como el tema que titula la película o "Somebody to Love" hasta material más cercano en el tiempo como "Who Wants to Live Forever" y “The Show Must Go On”) lo mejor llega con lo más deseado por los coleccionistas: los inéditos.

Y la película fue sin duda una excelente excusa para que May y Taylor desempolven los archivos y lancen versiones inéditas en vivo de Keep Yourself Alive,” “Fat Bottomed Girls”;“Now I’m Here” y“Love of My Life" (esta última desde el Rock in Rio de 1985) amén de la esperada edición del concierto en el Live Aid, (aunque con algunos faltantes) y nuevas mezclas de "Don´t Stop me Now" y "We Will Rock You"

De todos modos la frutilla del postre llega una reversión de "Doing All Right" el tema de Smile que grabara Queen en su disco debut, pero con nuevas voces a cago del mismísimo Tim Staffell, el hombre a quien gracias a su presencia (o mejor dicho a su ausencia) le debemos el surgimiento de la leyenda de rock inglés.



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