LA DAMA EN EL AGUA
(Lady in the Water, U.S.A., 110 min.)

Director, guionista y productor: M. Night Shyamalan.
Protagonistas: Paul Giamatti, Bryce Dallas Howard, M. Night Shyamalan,

Jeffrey Wright y Bob Balaban.

M. Night Shyamalan es un sobreviviente en el estado actual del cine americano. Con una puesta en escena más cercana al clasicismo que a los acelerados manierismos del momento, su estilo es tan personal que cualquier aficionado podría reconocer sus películas con ver un par de escenas. Su cine es de una factura formal rigurosa, que permita múltiples lecturas y apela a la imaginación del espectador, sin dejar nunca de lado el riesgo o la experimentación. Un auténtico milagro.
La Dama en el Agua no es su mejor película, pero es la más arriesgada (cada película suya es más arriesgada que la anterior), la que tensa su universo al punto de enfrentarse al ridículo y lograr esquivarlo sin siquiera rozarlo.
Shyamalan se ha creado un mundo propio, una isla orgullosa dentro del cine fantástico actual. Sexto Sentido, El Protegido, Señales, La Aldea y La Dama en el Agua conforman su historia, plagada de héroes cotidianos esperando la oportunidad para redimirse, buscando su lugar en el mundo. Ese lugar está predestinado, pero hace falta recuperar la fé –ya sea en Dios, en sí mismo, en la humanidad o en la fantasía- para alcanzar ese destino. Este microcosmo suele ocupar espacios acotados: aldeas, vecindades, familias que, reglas genéricas mediante, se enfrentan a amenazas insondables, portales a la inmensidad de lo desconocido.
En este caso, la comunidad la conforman los inquilinos de una torre de departamentos y su encargado. Este último va a recibir la llegada de un ser distinto, extraño a la cotidianeidad de su vida. Story es del Mundo Azul, del reino oceánico, un lugar inconmensurable, místico, que como siempre en el cine del director, está magistralmente representado por el Fuera de Campo (lo que la cámara nos sugiere, al dejarlo fuera de cuadro), y acentúa aún más –por oposición- el encierro de los protagonistas. Desde la pileta del complejo, Story extenderá su mano al tartamudo Cleveland y creará el puente que unirá los dos universos: la realidad y la fantasía, la Historia y la Fábula. Story (que en inglés significa historia -así, con minúscula, como un cuento-) es una Narf, la ninfa elegida para salvar a los humanos de su tragedia existencial. Pero no viene sola de la dimensión desconocida: la persiguen monstruos voraces que intentarán detenerla. Y Clevenland deberá ayudarla a reclutar un improvisado ejército celestial que haga posible el milagro.
Cuando Story ingresa al mundo real, lo da vuelta irremediablemente. Las reglas que pasan a regir la narración son las de los cuentos de hadas, por más normal que permanezca la vida cotidiana de los inquilinos (la película adapta un Bedtime Story –“Cuento para Dormir”, de esos que los chicos piden antes de que se apague la luz- que el propio Shyamalan escribió para sus hijos). Aceptar esas reglas es imprescindible para disfrutar de La Dama en el Agua. La película es elocuente en este sentido: todo lo sugerido cobra vida, hasta lo más impensado o supuestamente alegórico.
Pero que estemos ante una película fantástica no significa que no incluya comentarios políticos. Si La Aldea era poco sutil en este aspecto, aquí el director ha afinado la puntería, transmitiendo mediante detalles lo que antes era demasiado obvio. El personaje que encarna el propio Shyamalan (sí, además actúa, y muy bien) es un escritor destinado a publicar un ensayo crítico del establishment actual que le abrirá los ojos a las próximas generaciones. El autor parece decirnos –como lo hacía George Clooney en la excelente Buenas Noches, Buena Suerte- que en la Era Bush, el verdadero héroe es el que se anima a opinar libremente ante la mirada paranoica de sus conciudadanos y las presiones de su propio Estado. Y no está sólo. Todos los personajes (que podrían representar la mixtura étnica de la clase popular newyorkina), de una u otra manera, tienen algo escrito o algo por escribir. Desde palabras en un crucigrama hasta frases inventadas, diarios autobiográficos o críticas de cine. El lenguaje es la mejor arma de la actualidad. La película no deja dudas en este aspecto: cuando Cleveland se encuentre en apuros, el objeto que le permitirá salvar una vida y conservar la propia, será una lapicera. En el fondo, esta historia de lucha entre el Bien y el Mal, entre monstruos y humanos, es la gesta de una revolución política. No por nada, todas las canciones que se escuchan en el film son de Bob Dylan –interpretaciones propias, versiones y hasta la primera estrofa de Maggie’s Farm tocada por la banda de algunos de los protagonistas-, un cantante que siempre fue considerado ícono del movimiento de protesta de los ’60 (y aunque nunca quiso serlo, escribió algunos de los versos más corrosivos y políticamente simbólicos de la historia de la música popular). “Mis películas reflejan mi estado emocional en el momento en que las hago” dice el director en el pressbook: la necesidad del artista de oponer su voz al aparato propagandístico norteamericano.
Más cerca de la superficie de la trama, el tema de la película es la recuperación anímica de un pueblo sorprendido en su -hasta hace unos años impensada- irremediable vulnerabilidad. La fé en la humanidad es el motor necesario para que Story alcance su objetivo. La recuperación de la autoestima, la redención individual de los pecados nacionales. Para luchar hay que volver a creer, nos dice Shyamalan. E incluso estar dispuesto a morir por la causa. No es poca cosa en una película de género sobre un hada salida de una fábula para niños.
En este complejo entramado, hay lugar también para la cita metatextual. El personaje que es crítico de cine actúa como comic-relief en la era post Scream: se queja de los clisés cinematográficos, pero los pide a gritos cuando se encuentra en peligro (y también confiesa algunas falencias de un guión que hacia el final abusa de las explicaciones discursivas). Varios personajes aluden sarcásticamente a las convenciones genéricas sobre las que el propio film se apoya, aunque al fin y al cabo terminen creyendo en ellas.
Finalmente, lo excepcional en su cine es la apuesta formal. Pausada, climática, precisa, explota con éxito tanto el fuera de campo como la manifestación visual de lo fantástico. Toda la película está cuidada en cada detalle, desde la magistral actuación de Paul Giamatti, cuyo personaje se adentra en batallas míticas pero no deja jamás de ser el encargado del edificio (“la puerta necesita reparaciones” le dice a Story en referencia a un pasadizo submarino que comunica la pileta con su universo paralelo, cuando debe ir en búsqueda del Kii, una posión curativa para la ninfa), hasta el gran comienzo de predestinación.
En los títulos de apertura se plantea la fábula mediante una animación cuya estética minimalista refiere a lo infantil (y en la que el “pecado original” está representado por la creación de la Propiedad Privada: literalmente, hombres tomando casas con sus manos y matando por obtenerlas). En la escena inicial se presenta a los personajes, se establece la relación entre el encargado y los inquilinos, y se crea el verosímil necesario para que el espectador acepte lo que vendrá. La pantalla oscura de los títulos potencia la intensidad de unos gritos de terror antes de iluminarse. Cleveland debe matar un bicho con un palo de escoba ante el pánico de una familia de inquilinos latinos. No vemos al monstruo, sólo al encargado lanzando palazos a un rincón de la habitación. Las reacciones de la familia nos parecen ridículas, nos cuesta creer que esa cosa sea tan temible y se requieran tantos golpes para liquidarla. Da la impresión de que Cleveland, tartamudeo mediante, los está engrupiendo... No es así: la escena termina con la destrucción del monstruo y el agradecimiento de las víctimas hacia el héroe. No hay ni el menor atisbo de ironía en la mirada de la cámara para con el episodio. Algo cotidiano –un encargado matando un insecto- pasó a ser un combate épico fantástico. A partir de ese momento, estamos listos para aceptar la llegada de una Narf, un Scrunt, tres Tartutics y un Gran Eatlon, en la solitaria oscuridad de una sala de cine.

Comentarios

Anónimo dijo…
ramu viste "y ustedes q saben" ???o algo asi..... dicen q es una peli d metafisica q t hace replantear un par d cosas.... si la ves... contame si esta buena, q la quiero ir a ver... =)
pero si es muy catartica, preferiria verla en otro momento.... tengo q afloajr un poco con las crisis! jaja... bue, ponete un comentario si la ves ;) besototes!

vane*
Villa dijo…
Vane: es una especie de documental pero a traves de una historia de una mujer, y con "deslumbrantes" efectos especiales (??!!). Plantea un punto de vista diferente a las grandes preguntas de la humanidad, cuestionando algunos saberes cientificos en relacion a la fisica cuantica con una mirada mistica con hincapie en la percepcion.
Jejeje, te aclaré todo no?
Bueno, esas cosas se dicen de la peli, pero ni idea, no la ví.
Así que si la pregunta es Y TU QUE SABES?, yo poco y nada la verdad. Si la ves contanos de que se trata.

Besos!
yo dijo…
hola villa:
estoy esperando una nueva crítica de films,je je, son muy buenas, voy a ver si alquilo algo porque esto re atarsada con las películas desde que hago huelga de cine (y.. hasta que no bajen los precios), bueno, si aparece alguna muy buena hago el sacrificio, je
besos
lau
Villa dijo…
Pronto pronto! pido disculpas por mi ausencia, estuve bastante ocupado. Vi Pequeña Miss Sunshine y me gusto mucho. Pero no pude escribir sobre la peli. En breve estare cubriendo algun estreno, probablemente la nueva de Scorsese que sale mañana.

Besos!
Anónimo dijo…
El comentario sobre la película es muy bueno. Por favor, sigan escribiendo. Veo que hace tiempo no hay entradas nuevas. No aflojen.
Villa dijo…
Gracias por el apoyo! Nos tomamos unas vacaciones, pero pronto habra nuevas entradas. Estoy preparando un resumen de lo que vi en cine durante el 2006 y algunas pelis que acaban de estrenarse.
Saludos!
Anónimo dijo…
Hace un par de días vi la película en casa promovido -más que nada- por el resumen hecho en este blog. La película me encantó y me encantó poder encontrar todo lo que mencionan. La disfruté, me divertí, me intrigué, me esperancé. Es muy recomendable para los que puedan entrar en el mundo que propone este director. Los que lo critican, están más bien del lado del sr. Farber, el del 13ºB.

Muchas gracias por el blog. Veo actualizaciones y eso me pone feliz. Me pegaré una vueltita.
Villa dijo…
Me alegra que te haya gustado tanto como a mí. Los elogios nos ayudan a ponernos las pilas, así que prometemos empezar a publicar mas seguido!

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