PLAN B
Vienen las vacaciones de invierno y la cartelera lo refleja con estrenos de relleno y películas infantiles. Como mecanismo de defensa, reseñamos algunas películas que se pueden ver en cable o video.
EL VUELO DEL FÉNIX (John Moore): John Moore, director de la muy criticada versión de La Profecía estrenada recientemente, dirigió en el 2004 está pequeña película de aventuras sobre un aterrizaje forzoso que deja a un grupo de pasajeros varados en el desierto de Gobi (Mongolia) con pocas chances de ser rescatados antes de que la falta de víveres y el sol les quiten el último aliento. Remake de una película de Robert Aldrich de 1965, con James Stewart como protagonista, aquí el elenco es encabezado por Dennis Quaid como el piloto del vuelo del que se espera que mantenga el orden y de esperanza de supervivencia. Uno de los pasajeros es un diseñador de aviones (Giovanni Ribisi), que pronto sugerirá la loca pero no imposible idea de reconstruir el avión con las partes que no han sido dañadas en el impacto. La película se sostiene durante dos horas gracias al buen timig de la narración y el hincapié en la relaciones de los personajes, en clave de reflexión filosófica sobre la posibilidad de sostener la moral adquirida en sociedad en una situación desesperada donde cumplir a toda costa los fines puede ser la diferencia entre la vida y la muerte (un poco al estilo de Viven! pero apoyándose en la cuestión del poder en lugar del canibalismo). El Vuelo del Fénix es de esas películas que aceptan las reglas genéricas sin cuestionarlas, pero construyen un relato atractivo y una mirada personal. Mucho del éxito que logra la película pasa por el personaje que interpreta Giovanni Ribisi, tan cerca de un villano fascista como de un salvador cerebral. Como decía Hitchcock: siempre el malo debe ser más interesante que el héroe.
LA CASA DE CERA (Jaume Collet-Serra): remake de la película de William Castle con Vincent Price, La Casa de Cera tiene un comienzo excelente y un final perfecto. En el medio hay mucho gore con intenciones de revival ochentoso, con demasiadas escenas del tipo un-personaje-avanza-solo-hacia-el-peligro-y-todos-sabemos-que-va-a-ser-la-proxima-víctima, pero con un pulso narrativo que no apura las cosas ni se basa en cimbronazos súbitos para asustar con golpes de efecto. El director, debutante español (¿??), entiende que el terror clase B tampoco puede sobrevivir solo a base de guiños cinéfilos y afina la puntería cada vez que el guión introduce esta variante posmoderna. También da una clase de cómo usar los efectos especiales logrando a la vez deslumbramiento y funcionalidad, derritiendo la –literalmente hablando- casa de cera del título con personajes adentro luchando por su vida. La mencionada escena inicial recuerda a la del clásico de John Carpenter, Halloween, al forzar el punto de vista provocando la incomodidad del espectador, meta de todo film de terror que se precie.
Vienen las vacaciones de invierno y la cartelera lo refleja con estrenos de relleno y películas infantiles. Como mecanismo de defensa, reseñamos algunas películas que se pueden ver en cable o video.
EL VUELO DEL FÉNIX (John Moore): John Moore, director de la muy criticada versión de La Profecía estrenada recientemente, dirigió en el 2004 está pequeña película de aventuras sobre un aterrizaje forzoso que deja a un grupo de pasajeros varados en el desierto de Gobi (Mongolia) con pocas chances de ser rescatados antes de que la falta de víveres y el sol les quiten el último aliento. Remake de una película de Robert Aldrich de 1965, con James Stewart como protagonista, aquí el elenco es encabezado por Dennis Quaid como el piloto del vuelo del que se espera que mantenga el orden y de esperanza de supervivencia. Uno de los pasajeros es un diseñador de aviones (Giovanni Ribisi), que pronto sugerirá la loca pero no imposible idea de reconstruir el avión con las partes que no han sido dañadas en el impacto. La película se sostiene durante dos horas gracias al buen timig de la narración y el hincapié en la relaciones de los personajes, en clave de reflexión filosófica sobre la posibilidad de sostener la moral adquirida en sociedad en una situación desesperada donde cumplir a toda costa los fines puede ser la diferencia entre la vida y la muerte (un poco al estilo de Viven! pero apoyándose en la cuestión del poder en lugar del canibalismo). El Vuelo del Fénix es de esas películas que aceptan las reglas genéricas sin cuestionarlas, pero construyen un relato atractivo y una mirada personal. Mucho del éxito que logra la película pasa por el personaje que interpreta Giovanni Ribisi, tan cerca de un villano fascista como de un salvador cerebral. Como decía Hitchcock: siempre el malo debe ser más interesante que el héroe.
LA CASA DE CERA (Jaume Collet-Serra): remake de la película de William Castle con Vincent Price, La Casa de Cera tiene un comienzo excelente y un final perfecto. En el medio hay mucho gore con intenciones de revival ochentoso, con demasiadas escenas del tipo un-personaje-avanza-solo-hacia-el-peligro-y-todos-sabemos-que-va-a-ser-la-proxima-víctima, pero con un pulso narrativo que no apura las cosas ni se basa en cimbronazos súbitos para asustar con golpes de efecto. El director, debutante español (¿??), entiende que el terror clase B tampoco puede sobrevivir solo a base de guiños cinéfilos y afina la puntería cada vez que el guión introduce esta variante posmoderna. También da una clase de cómo usar los efectos especiales logrando a la vez deslumbramiento y funcionalidad, derritiendo la –literalmente hablando- casa de cera del título con personajes adentro luchando por su vida. La mencionada escena inicial recuerda a la del clásico de John Carpenter, Halloween, al forzar el punto de vista provocando la incomodidad del espectador, meta de todo film de terror que se precie.
Comentarios
Como olvidar ese detalle? (cholulo)
Bueno, me quedan muchas peliculas por ver.....
Gracias por los comentarios!
Siempre quedarán películas por ver...