EL GLAM DESPUÉS DEL GLAM: 15 REACCIONES DEL HARD ROCK A LA MOVIDA DE SEATTLE
BON JOVI – “KEEP THE FAITH” (1992)
Con el corazón siempre volcado a sus raíces musicales (las historias de vida del “Boss” Bruce Springsteen y el folk y el country americano) Jon Bon Jovi también siempre se mostró atento a lo que las nuevas tendencias podían ofrecer. Asi que luego del parate obligado luego de la extensa gira de “New Jersey” el blondo y su banda encararon un álbum que marcaría (junto con su sucesor “These Days” de 1995) un cambio profundo en su estilo.
“Keep The Faith” presenta un enfoque distinto en el sonido de las guitarras en temas como “I Believe”, “Fear” y “Woman In Love”, las cuales, sin desentonar con el pasado le dieron nueva vida sonora al quinteto. Pero si tenemos que elegir una canción que muestre como las nuevas tendencias cambiaron al grupo, ahí tenemos a “If I Was Your Mother”: cruda, potente y oscura.
SCORPIONS – “FACE THE HEAT” (1993)
La década del ’90 había arrancado a pleno para los por entonces ya veteranos Scorpions gracias al éxito de “Crazy World” el álbum que traía (perdón por traerlo a la memoria) el mega clásico “Winds Of Change”. Pero para la grabación de su duodécimo disco de estudio, los alemanes decidieron renovarse, no solo a nivel integrantes (afuera el legendario Francis Buchholz, adentro Ralph Rieckermann) sino también a nivel sonido a tono con las nuevas tendencias.
Es así que “Face The Heat” presenta ya desde la apertura con la hiper pesada “Alien Nation” un enfoque más actual y crudo que se muestra en canciones como “No Pain No Gain” “Unholy Alliance”
VAN HALEN – “BALANCE” (1995)
Si bien Van Halen siempre escapó a cualquier tipo de encasillamiento, estuvo claro desde el comienzo que la propuesta del grupo estaba ligada al entretenimiento, algo que funcionó como influencia fundamental para el desarrollo de la movida califoniana. Fue por eso que tomó por sorpresa la nueva imagen de Eddie para 1995 con pelo corto y barba candado que repercutió en la prensa rockera con títulos como “Eddie gets serious” (“Eddie se puso serio”).
El resultado de esta nueva etapa en el cuarteto se refleja en “Balance”, un disco oscuro, con letras ligadas a lo social que mostraban a un Van Halen más maduro. La nueva etapa (que terminaría con la salida de Sammy Hagar) se consolidaba con canciones como “Don’t Tell Me” (elegida como primer corte), “Aftershock” y “Feelin`”.
KISS – “CARNIVAL OF SOULS: THE FINAL SESSIONS” (1997)
Si “Revenge” le había dado a Kiss la posibilidad de reconciliarse con sus fans más rockeros de la mano de una notable mejora en la composición y un sonido más crudo y orgánico (dejando atrás finalmente la etapa glam de mediados de los 80’s), para el siguiente disco el tándem Simmons /Stanley/ Kulick/Singer se refugió inevitablemente a nivel sonoro en territorio Seattle. “Carnival Of Souls” -conocido como “Head” en sus inicios- muestra al cuarteto tomando prestado la impronta de bandas como Alice In Chains y Soundgarden en riffs crudos, melodías oscuras y bases pesadas como lo demuestran temas como “Rain” y “Hate».
Lamentablemente (o afortunadamente para sus detractores que pensaban que el álbum estaba destinado al fracaso) el lanzamiento del disco acabó siendo postergado por la reunión de la banda con su formación original, lo que hizo que recién se editara oficialmente en 1997, cundo incluso ya la fiebre grunge se había disipado.
MOTLEY CRUE – “MOTLEY CRUE” (1994)
Si había una banda a la que se podía relacionar siempre con el espíritu del hard rock ochentoso, esos eran los Motley Crue a quienes (a juzgar por lo visto en su biografía “The Dirt”) la fiesta casi se les hace imposible de pagar. Quizás haya sido por eso que la banda pegó un volantazo tan fuerte para su primer álbum de los ’90. El cambio fundamental fue la llegada de John Corabi que le aportó, no solo un estilo vocal completamente diferente, sino también un espíritu grupal que hizo que la banda mutara no solo sónica sino también líricamente.
Amado por muchos y odiado por otros tantos “Motley Crue” refleja casi como ningún otro disco las nuevas tendencias de la época con “Power To The Music”, “Uncle Jack”, “Til Death Do Us Part” y el primer corte Hooligan’s Holiday” como estandartes de un sonido que el cuarteto intentaría repetir en vano con Vince Neil nuevamente a bordo en el siguiente “Generation Swine”.
SKID ROW – “SUBHUMAN RACE” (1995)
Luego de un debut más que auspicioso, la evolución de Skid Row para su segundo disco “Slave To The Grind” vino del lado de Pantera, con quienes compartieron escenario y se convirtieron en una importante influencia. Pero ya para la hora de encarar su tercer opus, las cosas en el seno de la banda se habían vuelto más intensas y la grieta entre Sebastian Bach y el resto del grupo empezaba a hacerse cada vez más grande.
La respuesta a ese momento tan particular fue “Subhuman Race” un disco (otro más en esta lista producido por Bob Rock) que combinaba la fuerza de su antecesor con toques alternativos y modernos que se reflejaron en temas como “My Enemy” o “Beat Yourself Blind”, los cuales a pesar de sonar contemporáneos, no lograron apaciguar la tormenta interna que derivó en el fracaso comercial del álbum y la posterior salida de Bach del grupo.
OZZY OSBOURNE – “OZZMOSIS” (1995)
La imagen de los reunidos Black Sabbath en el Live Aid de 1985 no podía dejar de ser más elocuente: mientras Iommi, Buttler y y Ward seguían manteniendo su imagen clásica de pelos largos y mostachos, el batido rubio de Ozzy marcaba a las claras que había entendido que, al menos a nivel visual, los tiempos habían cambiado. Y si bien, salvo quizás “The Ultimate Sin”, el sonido de los discos del cantante durante los 80 habían esquivado el mote hair metal, lo cierto es que “No More Tears” había significado el fin de una etapa para el Príncipe de las Tinieblas que había logrado esquivar con dignidad el vendaval grunge a principios de la década siguiente
Es por eso que, a la hora de su nuevo disco, Sharon…, digo Ozzy decidió meter mano al sonido, pero sin perder identidad (algo que el Gordo logró hacer en toda su carrera). El resultado fue “Ozzmosis”, el cual se enfoca principalmente en un sonido moderno de guitarras y un enfoque mas a tierra en las letras, tal como lo reflejan “Thunder Underground” y “Tomorrow”.
DOKKEN – “Shadowlife” (1997)
Si ya el anterior “Dysfunctional” (1995) dejaba a las claras que los ‘90 serían bastante difíciles de atravesar para los liderados por Don Dokken, ya para fines de la década era más que obvio que el estilo característico del cuarteto quedaba muy pasado de moda en tiempos alternativos. Fue por eso que la banda decidió meterse de lleno en la movida grunge y lanzar este “Shadowlife”, un disco oscuro, complejo, dificil de digerir y alejado casi completamente de lo que Dokken nos tenía acostumbrados.
A pesar de algún buen momento como «Puppet On A String» o «Sweet Life», la composición hace que, salvo en el nombre y los integrantes, prácticamente nos enfrentemos con una banda nueva, donde sobre todo la voz de Don y las guitarras de George Lynch suenan tan distintas que no remiten en nada al viejo Dokken, algo que los llevaría (posterior fracaso comercial del disco) indefectiblemente a la separación de la alineación clásica.
DEF LEPPARD – “SLANG” (1996)
Capas y capas de guitarras, sobregrabación y sobregrabación de voces… el método de Def Leppard y su productor Mutt Lange había encontrado la fórmula ideal del éxito a medio camino entre la imagen rockera y el sonido popero, lo cual los había posicionado alto dentro de los gustos de los fans de la movida californiana, a pesar de haber surgido como referentes de la NWOBHM desde su Sheffield natal.
Pero para 1996 las cosas eran tan diferentes que la banda no podía volver a repetir su formula, decidiendo lanzar “Slang” su disco más osado a la fecha (y el primero con el guitarrista Vivian Campbell de lleno en el proceso de composición) que incluyó loops, ritmos orientales y climas oscuros, sin perder de vista el filo melódico tan caracteristico. El resultado, si bien estuvo a años luz del éxito comercial de sus antecesores, por lo menos dejó al quinteto bien parado en medio de la ola alternativa de los ’90.
WARRANT – “DOG EAT DOG” (1992)
Que tu máximo hit se llame “Pastel de Fresa” sin dudas te va a convertir en el hazmerreir de buena parte de la prensa especializada. Sin embargo eso pareció no importarle a Warrant, hasta el momento (narrado en entrevistas por el cantante Jani Lane) en que su compañía discográfica retiró un afiche promocional del álbum “Cherry Pie” de la recepción, para poner en su lugar uno de “Dirt” de Alice In Chains.
El baño de realidad impactó en el tercer disco de la banda, la cual se propuso lograr un sonido más maduro y oscuro, algo que lograron gracias a la producción del reconocido Michael Wagener quien no dudó en llevar al quinteto a experimentar con coros, orquestaciones y afinaciones más graves, en un disco que, sin lograr el impacto de sus anteriores, se mantiene firme en la preferencias de sus fanáticos.
ALICE COOPER – “The Last Temptation” (1994)
Desde sus inicios como banda en los ’60, el Tío Alice siempre fue metamorfoseándose para adaptarse a las nuevas tendencias, sin perder nunca de vista su esencia. Fue así que durante el reinado del glam metal, Alice se despachó con dos discos mega exitosos a tono con el sonido de la época: “Trash” (1989) y “Hey Stoopid!” (1991) plagado de músicos invitados, hits de MTV y colaboradores varios.
Pero para 1993, el brujo de Detroit se puso más serio, endureció su sonido, llamó a Chris Cornell para colaborar y lanzó “The Last Temptation”, un ambicioso proyecto conceptual acompañado por un comic escrito por Neil Gaiman que lo acompañó a sobrellevar dignamente el aluvión grunge de la mano de una propuesta más oscura y pesada.
EXTREME – “WAITING FOR THE PUNCHLINE” (1995)
Mientras “Smells Like Teen Spirit” empezaba a rotar sistemáticamente en MTV, Extreme estaban preocupados principalmente por digerir el tremendo e inesperado éxito que tuvieron gracias a la balada “More Than Words”, de su disco “Pornograffitti” de 1990, la cual les permitió que su compañía les diera carta blanca para su sucesor “III Sides Of Every Story” (1993) donde volcaron toda su ambición en un disco conceptual y progresivo dividido en tres partes que no alcanzó las expectativas comerciales.
Fue por eso que, para cuando quisieron acordarse del grunge, la fiebre Seattle ya se estaba desvaneciendo y el crédito con su discográfica ya se había acabado, convirtiendo a “Waiting For The Punchline” (único disco del grupo con el futuro Dream Theater Mike Mangini tras los parches) en un intento por sonar más crudos y directos, haciéndolos perder el gancho y consecuentemente separándose por falta de éxito comercial.
DOS FUERA DE PROGRAMA POR ESTAR AÚN EN LA PELUQUERIA
CINDERELLA – “STILL CLIMBING” (1994)
Y si el listado que estamos desglosando nos muestra sobrados ejemplos de como el aluvión Seattle obligó a cambiar de rumbo a casi toda la escena hard rockera, la banda de Tom Keiffer bien puede haberse vanagloriado de morir con las botas (tejanas y coloridas) puestas.
Es que su cuarto disco “Still Climbing” (“Aún Trepando”, una clara alegoría del momento que pasaba la banda) ben podría haber sido lanzado una década antes, ya que cuenta con todos los ingredientes que hicieron famosos al cuarteto, sin despegarse un ápice de su sonido: influencias bluseras, riffs rockanroleros y la voz de whisky del bueno de Tom, para un disco que, de grunge, no tiene ni un retazo de camisa de franela.
POISON – “NATIVE TONGUE” (1993)
Convertidos en uno de los máximos referentes de la escena califoniana, en sus primeros tres discos Poison llevó como estandarte el lema “Sexo, Drogas y Rock And Roll”, adornado por litros de fijador para el pelo y kilos de lápiz labial. Pero ya para 1993, las preocupaciones de la banda no estaban ligadas al desembarco de la movida de Seattle, sino a sus conflictos internos: la vida en la ruta había deteriorado las relaciones con el guitarrista CC DeVille que fue reemplazado por una interesante promesa: Ritchie Kotzen, quien le sumó madurez al grupo de la mano de influencias más ligadas al blues, el soul y el funk, sin perder el atractivo visual caracterísico del grupo..
El resultado se llamó “Native Tongue” y fue un saludable baño de madurez para la banda, que logró conseguir cierta credibilidad en sus detractores, sin tener que sumarse al sonido que estaba de moda. De todos modos, la presencia de Kotzen sería fugaz ya que tras la gira presentación sería desvinculado del grupo por haberse relacionado con la novia del baterista Rikki Rockett, hecho que puso punto final a una alianza prometedora.
BONUS NACIONAL: RATA BLANCA – “ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO” (1994)
Si bien con el EP “El Libro Oculto”, los liderados por Walter Giardino habían empezado a dejar arás su imagen de camisas con volados y chalecos floreados, enfocandose en un sonido más aguerrido, fue recién con la llegada del cantante Mario Ian a la banda, que el sexteto pudo reinventarse a la par de los tiempos que corrían. (tal como nos contó Mario en esta entrevista)
“Entre El Cielo Y El Infierno” llevó al grupo a terrenos más pesados, donde el sonido de bandas como Soundgarden y Alice In Chains (chequear por ejemplo “Herederos De La Fe” u “Obsesión”) convivían con las variables más modernas del metal de la época con los Fight de Rob Halford como referentes, con resultados explosivos como “Bajo Control”, “Máquina” y “En El Bajo Flores”
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