DISCOS: SONS OF APOLLO - "MMXX" (Inside Out Music 2020) ****

Si bien a partir del 2000 el surgimiento de supergrupos se convirtió en moneda corriente, sobre todo en el espectro de la música pesada, la formación de Sons of Apollo logró mover el avispero tras el lanzamiento de su debut "Psychotic Symphony" en 2017.

Es que el combo formado por el baterista  Mike Portnoy, el bajista Billy Sheehan, el tecladista  Derek Sherinian, el cantante  Jeff Scott Soto y el guitarrista Ron "Bumblefoot" Thal hizo recuperar la fe a aquellos fanáticos del metal progresivo que daban por muerto al espíritu encarnado por el viejo Dream Theater.

Y si bien el segundo álbum en este tipo de emprendimientos muchas veces suele decepcionar debido a la búsqueda (a veces infructuosa) de un sonido propio; no es el caso de “MMXX” ya que todas las buenas intenciones del debut se encuentran presentes, e incluso mejor desarrolladas; tal como lo muestra el comienzo impecable con “Goodbye Divinity”, un derroche de fuerza y melodía en siete minutos.

Obviamente hay lugar para aquellos momentos que acercan el sonido de estos hijos de Apollo a territorios del teatro de sueños, tales como “Wither to Black” o los casi nueve minutos turbulentos de “King of Delusion”; pero la clave de “MMXX” es que trae una saludable variedad estilística donde hay lugar para temas más modernos y pesados como  “Asphyxiation”, “Resurrection Day”y “Fall To Ascend,”con un gancho que Dream Theater parece haber perdido hace tiempo.

Y para confirmar que Sons of Apollo apuesta a ganador, “MMXX” tiene dos gemas que lo posicionan alto: “Desolate July” una sentida balada épica dedicada al fallecido bajista Dave Z, (ex compañero de Portnoy en Adrenaline Mob); y el cierre con “New World Today”, un tour de force de casi 16 minutos que arranca con un solo de Thall llevando las cosas a terrenos progresivos, para después  pasar por teclados setentosos a la Yes y terminar en un clímax poderoso, en una impresionante muestra de recursos.

Sons Of Apollo pone segunda en su objetivo de jugar en las grandes ligas, de la mano de la pericia instrumental, el ya conocido virtuosismo y (desde ahora) las grandes canciones