Hairspray (Adam Shankman): sucesora de la obra musical y la película de John Waters de 1988 (para quienes no lo conocen es el exhibicionista que aparece al principio del film), Hairspray trata sobre una chica con sobrepeso que quiere ser bailarina en un show televisivo de principios de los 60, programa en el cual comienzan a expresarse los tiempos de cambio en la lucha por los derechos de los negros, en este caso, de participar en el programa con igualdad de trato y condiciones. La película sorprende por su acertado acercamiento al género musical. Por empezar no corta las coreografías con el montaje como ocurría en Chicago, sus canciones ocupan sin vergüenza la mayor parte del metraje, y en las letras y la puesta en escena de cada número está el centro de la narración. Además, el director supo armonizar un elenco muy diverso, donde la actriz protagónica Nikki Blonsky se distingue por su voz y su gracia, y las estrellas están bastante contenidas (John Travolta haciendo de madre gorda nunca cruza el límite hacia el lucimiento personal). Y por sobre todas las cosas, este musical parece estar hecho por gente que ama y conoce los musicales: no deja que los temas importantes opaquen la narración ni se excede en la autoconciencia tan en boga últimamente. Hairspray es un musical a secas, y este no es un hecho menor si nos ponemos a pensar que los últimos acercamientos interesantes al género tienen una mirada anclada en la actualidad (por ejemplo, Moulin Rouge). En Hairspray, más allá de algunos apuntes modernos, hay una confianza en la narración y las canciones que trasciende la temporalidad y nos devuelve el placer de entretenernos con un musical como los de antes.
Comentarios
De la versión anterior só
lo sé que la protagonista era Rikki Lake y que después adelgazó y se hizo famosa por conducir un talk-show. Un dato curioso nomás.
Saludos! :)