RADIOHEAD - A Moon Shaped Pool (XL 2016) ****

La banda de Thom Yorke vuelve a tirarse  la pileta


Desde que en 2000, tras la edición de Kid A, lo experimental le ganó la pulseada a lo progresivo en el sonido de Radiohead, la banda de Thom Yorke fue metamorfoseándose cada vez más, primero musicalmente con discos más ambiciosos y luego a nivel artístico con originales métodos de lanzamiento de discos y osadas presentaciones en vivo.
Para este noveno trabajo (nuevamente con Nigel Godrich tras la consola) el quinteto buscó la inspiración compositiva a través de una mezcla de elementos nuevos y viejos, a la vez que rescató algunos temas inéditos de su repertorio. Es así que de los once tracks de A Moon Shaped Pool (que desfilan en estricto orden alfabético), ocho ya habían sido presentados en vivo con anterioridad en diversas formas.

Burn the witch abre el disco con un sonido que no desentonaría en su placa anterior The King of Limbs, con un in crescendo orquestal que finaliza en un clímax de cuerdas. La etérea Daydreaming (el segundo adelanto) en cambio, deja entrever un áurea floydiana donde las orquestaciones dirigidas por el guitarrista Jonny Greenwood (excelso compositor de bandas sonoras) se vuelven un factor fundamental
 
En esta piscina en forma de luna la banda recorre una gran cantidad de texturas sonoras: hay trip hop en la lograda Decks Dark, algo de kraut rock en Ful Stop, ecos de post rock,en True Love Waits (un tema que data de 1995) e incluso podemos encontrar melancolía acústica en Desert Island Disk y hasta algún guiño al pasado en el ritmo de The Numbers 

De todos modos lo que aglutina al disco es la voz de Yorke, que puede pasar del susurro a la desesperación sin sonar forzada y siempre en pos de la interpretación, logrando que Radiohead agregue una joya más, a su ya de por sí valioso catálogo.


@aledocarmo

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