ALMAFUERTE - Trillando la fina (2012) *** 1/2



Ricardo Iorio va, cada vez más, dejando de ser un referente del heavy metal nacional, para pasar a ocupar un lugar (absolutamente merecido) en el ámbito de la cultura popular. Sus declaraciones filosas (bastante polémicas) ganan más espacio en los medios masivos que su presente musical, lo cual puede convertirse en un arma de doble filo a la hora de hablar de lo estrictamente artístico.

Desde el punto de vista musical, Trillando la fina (el octavo disco de estudio en la carrera de Almafuerte) demuestra que la banda está cada vez más afianzada en ese sonido tan particular que fue desarrollando a través de los ultimos años. Un sonido que va dejando de lado el metal más aguerrido de antaño, para ir ganando melodía rockera, sobre todo en la guitarra líder del Tano Marciello (pilar fundamental donde descansa musicalmente la banda), que sigue dotando de magia Van Haleniana sus solos sobre la correcta base del bajo de Beto Ceriotti y la batería de Bin Valencia.

Pero obviamente el protagonismo lo tiene Iorio, quien con su particular forma de cantar y el personalismo de sus letras se roba la atención, tanto en los shows en vivo como en las grabaciones. Su faceta de decidor (con claras influencias de su admirado José Larralde) le otorga un particular tinte a las líricas de claro tono vivencial (el cantante está radicado desde hace algunos años en el interior de la provincia de Buenos Aires) las cuales incluyen historias de bestias salvajes (Muere monstruo, muere), critica ambiental (Glifosateando, sobre los tóxicos utilizados en la cosecha de soja) y hasta geografía pampeana (Mamuil Mapu cuya letra nombra integramente los departamentos de la provincia), aunque con un nivel algo inferior al de las épocas doradas de Hermética y ciertamente con mucho menos vuelo poético

Trillando la fuga mezcla un poco del machaque casi thrashero de los inicios de la banda (la reversión del tango La Llaga editado originalmente en A fondo blanco de 1999) con interludios acústicos (Mi credo), hard rock valvular (Pa´Pelusa) y algunas baladas melancólicas (Si me vés volver) dejando para el cierre un instrumental con influencias tangueras a cargo de Marciello: “Caballo negro

El futuro de la banda es incierto y las últimas declaraciones de Iorio hacen prever que quizás Trillando la fina sea el canto de cisne para una banda que marcó una etapa fundamental en el metal nacional, pero que le ha costado mantener el rumbo en sus últimos trabajos



@aledocarmo





Comentarios

Aldo dijo…
No lo escuché y tenía mis dudas sobre si hacerlo o no, aunque tu reseña me dió ganas.. no soy particularmente un seguidor pero no se puede negar la importancia e influencia del amigo Iorio en el panorama actual del Metal o como quieras decirle.. Un abrazo
santiago segura dijo…
Está bien y punto, al menos eso me sucedió en las veces que lo llevo escuchado. Hay letras insólitamente truchas (?) como la de Rosario y la de Pa' Pelusa, las del disco anterior eran bastante superiores. Igual, la voz cascada de Iorio garpa siempre.

El Tano es el sostén de todo, y además sus temas siempre garpan. Un capo. En las letras se viene anunciando un final, desde aquella "cuarta y quinta ya mancaron" hasta el "Si me ves volver" de este disco. Veremos...

Ale Do Carmo dijo…
Aldo, si venis sin escuchar los ultimos discos de la banda me parece mejor empezar por Toro y Pampa. Y como decis, la influencia de Iorio es notable
Santi, lo que mencionas sobre esas letras es totalmente cierto. Todo parece indicar que Iorio va a seguir solo con su mambo

Abrazo a ambos

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